Salas de experimentación pedagógica: la iniciativa que está cambiando la forma de enseñar en escuelas vulnerables de la Región de Valparaíso

Corría 2015 cuando, al interior de la Escuela de Educación de la Sede Viña del Mar de la Universidad Andrés Bello, surgía el interés de trabajar en pos de una línea pedagógica cuyos ejes principales fuesen la creatividad, el arte y la reflexión. Y, con ello, se sentaban las bases de lo que sería el Proyecto LAp o Laboratorio de Aprendizaje.

Bajo el alero de esta iniciativa, se implementó en 2021 una primera sala laboratorio en el Colegio San Damián de Molokai -con altos niveles de vulnerabilidad-, en la comuna de Valparaíso, gracias a la adjudicación de un fondo de Banco BCI. Específicamente, este espacio cuenta con diversos sistemas tecnológicos y con mobiliario que se puede rayar y mover de acuerdo a los requerimientos de cada actividad, permitiendo así el desarrollo de montajes.

‘‘Trabajamos con las variables de arte, diversidad, reflexión y conversación, entendiendo al profesor como a alguien que dispone elementos para que el otro aprenda, y para eso cuenta con estos espacios creativos’’, explicó Carmen Gloria Garrido, directora de la Escuela de Educación y del Laboratorio de Aprendizaje de la UNAB, a EL DÍNAMO.

Dentro de este contexto, y con miras a que los profesores de dicho establecimiento le sacaran el mayor provecho posible a este espacio, se realizaron alrededor de 15 instancias formativas basadas en esta nueva línea pedagógica, en las cuales se invitó a los docentes a repensar el aula y a ampliar lo que entienden por enseñanza.

‘’En estas instancias se ocupa un material diferenciador basado en la escenografía, porque el LAp funciona como un guion de cine. Entonces, hay una puesta en escena, hay una interdisciplinariedad al hacer estas clases bajo los principios del formato LAp, con materiales que quedan para la escuela y que pueden ayudar a que la clase sea más cautivante con el saber”, detalló René Valdés, investigador de la Facultad de Educación y Ciencias Sociales de la UNAB, a EL DÍNAMO.

Pero el trabajo del Proyecto LAp no se detuvo allí, ya que tras aquella primera exitosa experiencia dieron un segundo paso: la implementación de otra sala laboratorio, ahora en el colegio Nazca Belén, ubicado en Belloto, en la comuna de Quilpué. Esto, también gracias a la adjudicación de un fondo de Banco BCI, en 2022.

‘‘Además de contar con altos niveles de vulnerabilidad, en este colegio hay un equipo directivo muy abierto a todo, muy interesado en innovar, y con un foco en la diversidad y en la inclusión. Entonces, trabajar allí nos interesaba mucho porque podíamos hacer un aporte mayor y tener muy buenos resultados’’, destacó Carmen Gloria.

Si bien en el Colegio Nazca Belén aún se está instalando la sala laboratorio, los profesores ya la están usando y probando actividades distintas.

Diversidad e innovación

Cuando hablamos del Proyecto LAp, no solo nos referimos a una iniciativa marcada por la innovación, sino que también a una forma de enseñanza-aprendizaje que promueve la diversidad y la inclusión.

‘‘Lo que hay de base es una pedagogía de las diferencias, una pedagogía respetuosa con la diversidad en la sala de clases en relación con la lógica del aprendizaje colaborativo y la inclusión. No se trata de innovar por innovar; sino que se trata de que todos pueden aprender’’, agregó el investigador de la UNAB.

En esa misma línea, la directora de la Escuela de Educación y del Laboratorio de Aprendizaje, resaltó que ‘‘nos interesaba mucho darle un espacio a esos profesores y equipos directivos que disfrutan de innovar, más aún en un contexto donde cada vez tenemos menos profesores y se hace más que necesario contar con docentes y directivos abiertos a nuevas miradas de la pedagogía’’.

Por otro lado, y en cuanto a los próximos pasos en el marco del Proyecto LAp -que ya da cuenta de su positivo impacto en el Colegio San Damián de Molokai-, Carmen Gloria Garrido adelantó que ‘‘estamos pensando en hacer un trabajo a tres años, de manera que se instale con propiedad esta lógica de trabajo, y de ahí que sigan como espacios de práctica para nuestros estudiantes; si bien hoy ya son un espacio de práctica, la idea es continuar con eso, generando una comunidad de aprendizaje que vincule universidad y escuela’’.