“De antología”, con La Otra Voz

“Somos un medio periodístico fundado (…) en 2009. Nos hemos dedicado a cubrir temas ciudadanos, sociales, urbanos y políticos, con un enfoque distinto“. Así se presenta La Otra Voz en su colofón, donde el periodista de la PUCV, Sebastián Labra, figura como editor general.

Con especial énfasis en las calles y los problemas que aquejan a Valparaíso y Viña del Mar, en La otra voz “nos esforzamos por pensar en el público que razona, que se involucra con su entorno urbano, que desea reír y conmoverse con historias de ciudad; y por sobre todo, que quiere ver y leer más de lo que le ofrecen los otros medios“, aclaran.

Vamos a las recomendaciones “de antología”.

Un libro.
“Especies de Espacios”, de George Perec. Es tan bueno, pero tan bueno, que lo tuve secuestrado por 4 años. Mi amigo, el dueño, por más que me lo pidió de vuelta nunca me convenció de traérselo. Hasta que un día me lo robó de la casa, como tenía que ser, después de un carrete. Este es un libro que no es creativo, es insanamente lógico. Tanto, que te convence que los espacios no los crea uno, sino que ellos te crean a tí. De este gran autor, este libro brilla, no como un sol, sino como un encendedor en la oscuridad. Cada frase, cada reflexión, es tan cierta que da susto. Los dejo con un fragmento: “…en todos los sitios encontramos gente que lleva reloj, pero es muy raro encontrar gente que lleve brújula. Necesitamos saber la hora en todo momento (¿hay alguien todavía que sepa deducirla de la posición del sol?), pero nunca nos preguntamos dónde estamos…” (cuento: Medidas). Por mi parte, creo que el libro perfecto, es uno que siempre estaré buscando para leer de nuevo (y este lo sigo buscando). Ahora, aún espero que mi amigo me invite a su casa a carretear, desde aquella vez.

Un disco.
“Fiesta” (1998) de los Fiskales Ad Hok. Un clásico del punk rock chileno. Parte importante de mi adolescencia. Parte de quién soy, terminó de construir (o destruir) mis gustos. La fuerza, el ritmo, la letra, todo en su unidad, es una joyita. Lo mejor es que no es del gusto de todas las orejas. Tiene una postura política clara y al hueso, mete bulla y tira misiles. Para escucharlo hay que haber escuchado de todo y fuerte, bien fuerte. Haber gritado, pataleado, golpeado y llorado. Al fin de cuenta es un disco de desahogo. Es una fiesta. Es una salida. Es un disco noventero que como todo buen disco ya no tiene época. Además, da la mejor alternativa que hay en la vida. “Mejor me voy al puerto un par de días y me pierdo” (Al puerto).

Una película.
“Whatever Works” de Woody Allen. Hace poco me la recomendó un amigo, creo que ahora la están dando por el canal Cinemax (en español lamentablemente). No soy un gran conocedor de la filmografía de Woody Allen, eso sí, me encanta su forma de dirigir y escribir. Y esta cinta protagonizada por el groso de Larry David (Seinfeld, Curb Your Enthusiasm) es una joyita del humor negro. Una oda a la odiosidad. ¿Por qué no vivir una vida de conformidad? , se plantea en la película. Lo que sea que te dé la vida, hazlo funcionar. No te hagas problemas. De alguna u otra forma, uno recibe cosas en la vida y haces lo que puedes con lo que tienes. Parece simple, pero a veces no lo es. Y a veces todo funciona mejor de lo que uno espera. Los diálogos excelentes, las actuaciones buenas. Con el sello de Woody por todos lados. Recomendado si quiere ver una buena película un sábado por la tarde.