Megadeth: un cierre de lujo para The Metal Fest 2014
La banda liderada por Dave Mustaine entregó un show dinámico y lleno de clásicos, que culminó una jornada plena de grandes presentaciones, nacionales e internacionales.
Un final de jornada a la altura del evento fue lo que ofreció Megadeth anoche, en el cierre del The Metal Fest 2014. La performance y el repertorio entregado por el cuarteto fueron la mejor manera de terminar un día marcado por las sólidas presentaciones de At The Gates, Dark Angel, Voivod e Hypocrisy. Sin olvidar que las bandas nacionales han hecho lo propio en los dos escenarios dispuestos al aire libre.
Aunque el grupo liderado por Dave Mustaine partió con algo de retraso, su salida a escena pronto disipó las críticas. A los sones de “Hangar 18“, “Wake Up Dead” o “Reckoning Day“, la banda mostró su mejor lado, en un show impecable.
Apoyados por imágenes alusivas a cada canción proyectadas en tres pantallas (que se sumaban a las dos pantallas gigantes ubicadas a cada costado, que mostraban imágenes del recital) y con un repertorio bien escogido, que incluyó verdaderos “himnos” metaleros como “A tout le monde” o “Symphony of Destruction” -con la gente coreando eso de “aguante Megadeth”- se justifica plenamente su elección como cabeza de cartel.
Con anterioridad, los norteamericanos Dark Angel despejaron cualquier duda relacionada con su nivel actual -recordemos que la banda se reunió recientemente tras un largo período de separación. El vocalista Ron Rinehart mantiene su voz intacta, y ese animal de la batería llamado Gene Hoglan dejó a todo el mundo boquiabierto.
“We Have Arrived”, “Time Does Not Heal”, “Never to Rise Again”, “Death is Certain, Life is Not”, son sólo algunos de los clásicos que estos thrashers desgranaron con toda la fuerza sobre el público presente.
Público que sin duda esperaba poder encontrarse con ellos: sobre el escenario se multiplicaron las banderas chilenas con dedicatorias a Dark Angel, cuyos miembros agradecían el cariño entregado. Incluso un gorro chilote cayó en la manos del vocalista Rinehart.
At The Gates demostró con un show brutal y preciso por qué marcaron a toda una generación de bandas y de seguidores del metal. Considerados los creadores del “death metal melódico”, el grupo liderado por Tomas Lindberg dio una lección de técnica y fuerza.
Con una puesta en escena sencilla y un show que recaía simplemente en la potencia de sus canciones, hicieron estremecer al Movistar Arena.
Antes, sus compatriotas de Hypocrisy también mostraron su propia expresión del death metal, mezclando temas de sus inicios, más “chacales”, hasta sus etapas más recientes y experimentales, cercanas al black y con toques “sinfónicos”.
Por supuesto, en escena no faltó la imagen de un alienígena, tema recurrente en varios de sus discos.
El “vamos” en el escenario internacional lo dieron, puntualmente, los canadienses Voivod. El cuarteto entregó con sencillez y energía un set basado en sus clásicos, demostrando el porqué de su status de culto entre las bandas thrash.
Temas como “Tribal Convictions”, “Ripping Headache”, “Forgotten in Space” y su homónimo “Voïvod“, junto a otros de su más reciente placa, como “Target Earth” y “Mechanical Mind”, hicieron cantar a sus fans, que pudieron ver al grupo en una excelente forma.
Cerraron su set recordando al fallecido miembro fundador Dennis “Piggy” D’amour y entregando una gran versión del cover de Pink Floyd “Astronomy Domine”.
Escenarios nacionales
Mientras tanto, los escenarios nacionales partieron pasado el mediodía con las presentaciones de bandas de trayectoria como Vastator e Inferis, quienes movieron a la gente pese al frío imperante. Otros como Idol o los más jóvenes Gangrena y WarBreath también mostraron lo suyo.
El folk metal de Folkheim, el death brutal de Cerberus. el crossover de los ariqueños Conflicted, el thrash técnico de Lefutray, la compleja propuesta de All Tomorrows, son sólo parte de la variada oferta nacional, que puede resumirse en un concepto: el nivel de la escena metal chilena es cada día mejor, tanto en técnica como en sentido del espectáculo.
Mención aparte merece el show de Pentagram, uno de los pioneros de los años ’80. Contaron con una notable presencia de público, que el líder Anton Reisenegger supo agradecer, así como con la presencia del líder de At The Gates, “Tompa” Lindberg, como invitado.
Su repertorio incluyó clásicos como “Temple of Perdition” y canciones de su más reciente placa, “The Malefice”.
Entretención para toda la familia
Pero no sólo tocatas componían el Metal Fest. Una variada gama de stands ofrecía desde música hasta parafernalia rockera: poleras para grandes y chicos, elaborada joyería, gorros. Hasta libros sobre el metal chileno.
Sellos como Australis y Sick Bangers tenían producciones locales y extranjeras, tanto en CD como en vinilo, a precios al alcance del bolsillo.
Incluso un juego de “gánesela al toro” era posible encontrar en el recinto del festival. Con lo que el concepto se amplía: no sólo es ir a ver bandas, es pasar un día entero dedicado a pasarlo bien celebrando tu estilo de música favorito. Y así lo entendieron muchos papás que acompañaron a sus hijos a rockear en familia.