Alejandra Pérez, ministra de Cultura: “Buscamos una relación virtuosa entre el aporte de privados y del Estado”
En entrevista con El Dínamo, la ex directora ejecutiva de Canal 13 define sus prioridades para la cartera, explica sus conceptos sobre televisión de calidad y analiza el presente de los museos en Chile.
El nombramiento de Alejandra Pérez como ministra de Cultura, las Artes y el Patrimonio, fue visto con recelo en el mundo cultural. La razón: su trayectoria profesional está alejada del desarrollo de las artes y de la creación de políticas públicas que administran la cultura.
De profesión periodista, el área de experiencia de Pérez está en las comunicaciones, así como también en la industria televisiva. Sin ir más lejos, durante años trabajó como directora ejecutiva de Canal 13, siendo la mano derecha del dueño de la estación, Andrónico Luksic. Previo a eso asesoró a políticos y empresarios de distintos sectores políticos.
Ahora, en su nuevo cargo, buscará ampliar el acceso a la cultura, que “deje de ser un privilegio” y se convierta en una posibilidad para todos, así como también descentralizar la experiencia cultural, dice en entrevista con El Dínamo.
Uno de los puntos que deberá sortear es el actual escenario que enfrentan los museos del país, tomando en cuenta el escaso financiamiento que reciben así como también la brecha entre aquellos que son públicos y los que pertenecen a entidades privadas. Según cifras del Registro de Museo de Chile, hay más museos privados que públicos, 120 versus 28.
“El ministerio trabaja para que todos los museos puedan hacer su labor de la mejor manera posible, esto puede ser a través de asesorías, coordinación o con fondos”, explica Pérez, quien añade se hizo un fondo de mejoramiento integral de museos de $ 875 millones destinados exclusivamente para instituciones que actualmente no reciben financiamiento estatal.
-¿Fijó las prioridades que tendrá su ministerio?
-Trabajaremos para que el acceso a la cultura no sea un privilegio, sino una posibilidad para todos. La nueva institucionalidad supone unir, bajo un mismo paraguas, cultura y patrimonio. Para ello es necesario implementar una gran cantidad de medidas de orden presupuestario y administrativo que no quedaron resueltas en el gobierno anterior. Nuestra primera tarea ha sido generar las condiciones para que el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio opere en la práctica y no en el papel.
-Recién en 2003 se creó el Consejo de la Cultura y así se mantuvo hasta 2017. ¿Por qué cree que tomó tanto tiempo la creación de su ministerio como tal?
-La conciencia sobre la necesidad de contar con una institucionalidad cultural sólida y robusta fue creándose de a poco. En los 90 existía mucha reticencia a generar una institucionalidad cultural. Una vez creado el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, tomó su tiempo, tanto por la necesidad de convocar a las instituciones patrimoniales (DIBAM y Consejo de Monumentos) que cuentan con una historia y legislación distinta a la del Consejo, como por los obstáculos y miedos naturales que produce cualquier salto de este tipo. Ahí está el mérito del proyecto que presentó el Presidente en 2013, ya que propuso la mayor jerarquía posible para la cultura, sin afectar con ello las particularidades y ventajas con que contaba en Consejo.
– A usted le toca liderar la implementación del Ministerio. ¿Cómo avanza en ese sentido?
-Los funcionarios han sido muy amables, apoyadores, pero tenemos una tarea muy dura: generar una cantidad enorme de reglamentos y gestiones administrativas para que el Ministerio se conforme en propiedad. Y pretendemos hacerlo con todos los estamentos. Con diálogo y unidad. En el Ministerio hay personas muy competentes y con experiencia. Además, debo reconocer especialmente la trayectoria de los dos Subsecretarios: Juan Carlos Silva, con un excelente dominio de la legislación en cultura y Emilio de la Cerda, conocedor de la realidad de nuestro patrimonio cultural.
-¿Qué aspectos de sus trabajos anteriores puede rescatar para el ministerio?
-La orientación y el foco, la disciplina y la pasión.
– Se lo pregunto porque se ha enfatizado que usted no proviene del mundo de la cultura, de las artes…
-Mi labor es contribuir a mejorar el acceso de cada vez más personas a las distintas manifestaciones artísticas, llenar de contenido los muy buenos, pero a veces vacíos, centros culturales y teatros, descentralizar la experiencia cultural. La cultura tiene que ver con una estructura de valores que conforman la identidad. Trabajaré para mejorar la calidad de vida de las personas. Ese es el mandato que me dio el Presidente. Y pondré mi experiencia profesional y humana en ello.
Cultura en TV
– Usted trabajó varios años en televisión. ¿Cómo ve la parrilla cultural que ofrecen los canales?
-Debo reconocer que en las últimas semanas no he visto mucha televisión, pero de lo que conozco, me parece que, en su conjunto, los canales hacen un esfuerzo por ofrecer una parrilla cultural diversa, con contenidos de distintos perfiles y temáticas. Creo que hay un trabajo interesante en abrir el concepto de “cultural” más allá de lo que se podría entender como “alta cultura”, con programas que rescatan nuestra identidad desde una perspectiva distinta. Por supuesto, siempre se puede hacer un esfuerzo mayor en poner este tipo de espacios en horario prime.
-Sobre el canal cultural, ha dicho que no le gusta la “televisión con apellidos” y que cree en una de calidad, ¿cómo sería esa televisión de calidad?
-Es una ley ya aprobada. La televisión de calidad es la que conecta con las audiencias, las identifica, las emociona, las hace reflexionar y les da herramientas para comprender mejor su realidad.
-¿Canal 13 fue un ejemplo de esa calidad, cuando usted era directora ejecutiva?
-Trabajé para que fuera cada día mejor. Esa fue mi meta.
-Desde la implementación de la Ley de Donaciones Culturales, actores del mundo cultural no conciben el desarrollo de las artes sin la participación de la empresa. ¿Existe la voluntad de que el Estado intervenga más, por ejemplo, aumentando el presupuesto que destina a Cultura?
-Lo que buscamos es que haya una relación virtuosa entre el aporte que puedan hacer los privados y los del Estado. Lo que pueden hacer unos y otros es indispensable para el desarrollo de las manifestaciones culturales en Chile, tanto para sus creadores como para aumentar el acceso a ellas. La contribución del Estado es particularmente relevante en el apoyo de aquellas actividades e iniciativas que tal vez son menos llamativas o masivas, y por lo tanto no atraen tanto aporte privado, pero que son muy importantes en la vida de las personas y poblaciones afectadas.
– En ese escenario, cómo pretende ampliar el acceso a la cultura
-Aumentando la oferta de contenido con una incansable gestión de obras y salas. Con una parrilla atractiva y que llegue a los rincones más lejanos del país. Con programas focalizados en cada rama del quehacer artístico, la música, el ballet, la artesanía, que fomenten la participación y creación de audiencias. Con una cartelera ciudadana que nos entregue información permanente de la programación cultural en cada sala, en cada centro, que nos diga qué conocer de nuestro patrimonio material e inmaterial. Que nos genere un hábito, que nos seduzca. Con información, educación, acompañamiento. Con políticas focalizadas a la tercera edad, que es la que menos acceso tiene a las distintas actividades culturales, y a los jóvenes, para que generen hábitos.
En el ministerio tenemos una serie de propuestas que buscan ir logrando ese objetivo, especialmente para las personas con menor acceso, y los de segmentos socioeconómicos más bajos. Una de ellas es el que por ahora llamamos Vale Cultura, que ayudará a financiar parte del costo de una serie de actividades culturales para ellos. Otra es el plan de ampliar el horario de apertura de los museos, para que la gente tenga más opciones a la hora de acudir.
-¿Cómo pretende lograr una política de Estado para aunar criterios en relación a los museos, tomando en cuenta que hay 218 catastrados y sólo 28 de la Dibam?
-Se han tomado varios pasos en esta línea. Uno de los primeros es el trabajo colaborativo que se realizó para elaborar la Política Nacional de Museos, donde participaron más de 700 personas de 180 museos a lo largo de todo Chile, y que es un primer paso para articular y configurar el sector en el país. Ese documento, que es público, dio como resultado algunas definiciones y acciones, como el Sistema Nacional de Museos, el registro de museos, que está disponible online, el Consejo Nacional de Museos y el fondo para el mejoramiento integral de museos, que acaba de publicar sus bases y que son $ 875 millones destinados exclusivamente para instituciones que actualmente no reciben financiamiento estatal.
-Según el Registro de Museo de Chile, hay más museos privados (120) que públicos ( 28). ¿Qué le dice ese dato?
-Al margen de su modalidad, el Ministerios de las Culturas, las Artes y el Patrimonio trabaja para que todos los museos puedan hacer su labor de la mejor manera posible, esto puede ser a través de asesorías, coordinación o con fondos. Así, por ejemplo, muchos museos de distinta índole, como el Museo de la Memoria, el Museo Violeta Parra y el Museo de Arte Precolombino, por nombrar sólo algunos, recibe financiamiento. Y ahora con el fondo de mejoramiento integral de museos, aun más instituciones podrán optar a apoyo monetario.
-¿Qué opina que existan más museos dependientes de las municipalidades (46) que de la Dibam (28)?
-Es lo que sucede en todas partes del mundo, como Brasil, Francia o España, porque hay muchas municipalidades y los museos estatales siempre van a ser un grupo más reducido en comparación con eso. Por lo demás, la ex Dibam está en constante colaboración con las distintas instituciones, sin importar de quién dependan, haciendo asesorías, coordinación y ahora incluso con el nuevo fondo.