Un nuevo detenido por escuchas telefónicas ilegales en Gran Bretaña
La práctica irregular vinculada al periódico sensacionalista "News of the World" estaba ampliamente extendida, estimándose en más de cinco mil los afectados hasta ahora.
Un hombre de 48 años ha sido detenido por supuestos sobornos a la Policía de Londres en relación con el caso de las escuchas ilegales practicadas por periodistas del desaparecido dominical “News of the World” a políticos y famosos para obtener exclusivas, confirmaron hoy las fuerzas del orden.
Según los medios británicos, el sospechoso es un periodista, mientras que la Policía ha aclarado que “no se trata de un policía”.
Este supuesto reportero, arrestado esta mañana en un domicilio a las afueras de Londres, es el sexto detenido en la operación Elveden sobre corrupción y sobornos a agentes por parte de profesionales de la información.
Esta investigación fue puesta en marcha de forma paralela a la de las escuchas ilegales -llamada operación Weeting-, que se ha saldado de momento con la detención de decenas de personas que supuestamente participaron en el pinchazo de teléfonos a celebridades y gente corriente para obtener noticias.
La mayoría de detenidos en la operación Weeting son antiguos periodistas del sensacionalista “News of the world”, clausurado el pasado julio por su propietario, el magnate Rupert Murdoch, en el punto álgido del escándalo de las escuchas, que ha afectado a miles de personas en el Reino Unido.
Ayer, Scotland Yard cifró en 5.795 las posibles víctimas del caso, lo cual supone un aumento de unas 2.000 respecto a la estimación hecha el pasado julio por el comité parlamentario que investiga el asunto. En este sentido, se advirtió de que la cantidad con toda probabilidad podría aumentar según avancen las investigaciones de la operación Weeting.
El caso de las escuchas estalló en 2007 con el encarcelamiento del corresponsal de realeza del rotativo, Clive Goodman, y su socio el detective Glenn Mulcaire, si bien volvió a la actualidad este año al descubrirse que la práctica de los pinchazos estaba extendida en el periódico y que había afectado no solo a famosos, sino también a gente corriente como familias de víctimas de asesinatos o de soldados fallecidos.