Reino Unido informó durante este lunes de la primera muerte de un paciente que había sido contagiado con la variante ómicron del COVID-19, la que fue reportada hace un par de semanas y que se encuentra en plena expansión en varios países del mundo.
Según lo consignado por The Guardian, el rápido avance de la mutación está llevando a las autoridades británicas a acelerar las campañas para la vacunación de refuerzo, considerando los últimos estudios que señalan que las tres dosis podrían entregar una protección sólida frente al virus.
El primer ministro Boris Johnson afirmó que por el momento no tiene considerado un “plan C” para abordar un posible gran rebrote para Navidad, asegurando que se seguirá trabajando en expandir la inoculación de refuerzo y en los llamados hacia el autocuidado de la población.
“Creo que la idea de que esta es de alguna manera una versión más leve del virus, es algo que debemos dejar de lado y reconocer el gran ritmo al que se acelera a través de la población”, señaló la autoridad.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoció que la nueva variante podría generar un problema en todo el planeta debido a su gran capacidad de transmisión. Sobre la virulencia y gravedad en el contagio, la entidad precisó que aún se estaban realizando estudios.
Sudáfrica, el primer país que reportó de casos vinculados a esta variante, señaló que gran parte de los pacientes han sufrido cuadros leves de enfermedad. De todas maneras recalcaron que se trataban de infectados jóvenes y sin enfermedades de base, por lo que no reflejaban el impacto que tendría el contagio en mayores de 65 años con comorbilidades.
