Al menos cuatro muertos y 61 heridos dejó un incendio en una cárcel al norte de Teherán, en Irán, país que vive históricas protestas tras la muerte de Mahsa Amini, una joven de 22 años que murió luego que haber sido detenida por la policía religiosa islámica debido a un mal uso de su yihab.
La prisión afectada corresponde al centro penitenciario Evin, uno de los más importantes de la capital iraní, y que tiene a varios detenidos por la revuelta que comenzó hace casi un mes.
“En el incendio de anoche en la prisión de Evin murieron cuatro presos por inhalación de humo”, indicó Mizan, agencia del Poder estatal de Irán.
Las fuentes oficiales señalaron además que hubo 61 heridos, de los cuales cuatro permanecían graves y que en total “solo diez fueron hospitalizados”. Según las autoridades, los reos que murieron “estaban en Evin tras haber sido condenados por robo”.
Estas versiones se contrastan con las de otros medios, que aseguran que en el lugar habían varios detenidos por las protestas de las últimas semanas, entre hombres y mujeres.
Evin is no ordinary prison. Many of Iran’s best & brightest have spent long stretches confined there, where brave women & men are denied their basic rights for speaking truth to power. The regime is responsible for what happens to those inside right now.
pic.twitter.com/W1vvqzKujd— Jason Rezaian (@jrezaian)
October 15, 2022
De acuerdo a la versión oficial, todo surgió luego de un altercado y un intento de motín por parte de los presos.
Protestas en Irán
Las manifestaciones comenzaron luego que se reportara del caso de Mahsa Amini, una joven que había sido detenida en las afueras de una estación del metro de Teherán por la policía religiosa islámica iraní, llamada Gasht-e Ershad (Patrullas de Orientación) por usar mal su yihab.
Testigos de lo ocurrido acusaron que los uniformados, una vez que subieron a la mujer al furgón policial, la golpearon para luego trasladarla a un centro de detención.
Según las autoridades, Mahsa murió por problemas de salud mientras estaba detenida, versión que es rechazada por familiares y organizaciones de derechos humanos.
