Cuáles fueron las razones de Hamás para liberar a las rehenes israelíes
Yocheved Lifschitz realizó una conferencia de prensa en Tel Aviv para explicar su cautiverio de 17 días, donde tuvo duras palabras para el gobierno de Israel.
El pasado lunes se concretó la liberación de Yocheved Lifshitz, de 85 años, y Nurit Yitzhak, de 79, por parte de Hamás, quienes fueron entregadas a la Cruz Roja para su posterior llegada a Israel.
Su liberación se concretó gracias a la mediación realizada por Egipto y Qatar, donde este último país es el que se ha encargado de liderar las negociaciones para que la organización terrorista deje en libertad a los más de 200 rehenes que se llevó de kibutz ubicados en las cercanías de la Franja de Gaza.
Las labores de Qatar para que los rehenes vuelvan a sus casas ha sido destacada por Estados Unidos, lo que ha llevado al secretario de Estado, Antony Blinken, a visitar Doha en su última visita a Medio Oriente.
Esto, mientras que es que el emirato ha pagado los salarios de los funcionarios públicos de la Franja y entregado remesas de dinero a las familias más pobres de la zona, además de recibir la oficina política de Hamás, donde se encuentra su líder supremo Ismail Haniyeh.
Por su parte, Yocheved Lifschitz realizó una conferencia de prensa en Tel Aviv para explicar su cautiverio de 17 días a manos de Hamás, donde tuvo duras palabras para el gobierno de Israel, al señalar que sus secuestradores “volaron la valla electrificada, esa valla especial cuya construcción costó 2.500 millones de dólares, pero que no ayudó en nada”.
“Fuimos los chivos expiatorios del Gobierno. El Gobierno nos abandonó tres semanas antes. (Hamás) vino en masa a las carreteras, prendieron fuego a nuestros campos, enviaron globos que provocaban incendios en nuestros campos”, indicó.
Junto con ello, la mujer detalló que a su llegada a Gaza entraron a una red de túneles, apuntando que “cuando llegamos nos dijeron que eran creyentes del Corán, que no nos harían daño y que viviríamos en las mismas condiciones que ellos en los túneles”.
En esta línea, indicó que “nos tumbaron en colchones, se aseguraron de que no enfermáramos y teníamos un médico con nosotros cada dos o tres días”, recalcando que “nos trataron con delicadeza y nos cuidaron. Estaban preparados para esto, llevaban tiempo preparándose. Tenían todo lo que necesitarían las mujeres y los hombres. Incluso champú y acondicionador”.