
Rusia está “lista para un acuerdo”. Así declaraba sus intenciones el ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, respecto a las medidas que han acercado la paz entre Rusia y Ucrania en las últimas horas con la mediación de Estados Unidos. Sin embargo, Lavrov aclaró que aún restan elementos que deben afinarse para llegar a un consenso.
“El presidente de los Estados Unidos cree, y creo que con razón, que vamos en la buena dirección“, dijo el titular de Relaciones Exteriores en diálogo con CBS, medio de comunicación estadounidense. “Las negociaciones continúan, y hasta el final de las mismas no podemos revelar de qué se trata”.
Los dichos de la autoridad rusa iban en línea con lo declarado anteriormente por Donald Trump, quien aseguró que “pronto” impondrá una fecha límite. “Tengo mi propia fecha límite y queremos que sea rápida“, dijo en medio de un almuerzo de trabajo en la Casa Blanca al ser consultado por la prensa.
El mandatario, junto con asegurar que ambas partes desean finalizar el conflicto, hizo énfasis en que “tienen que sentarse a la mesa. Llevamos mucho tiempo esperando“.
Este cruce de declaraciones se dio solo horas después de que Trump emplazara públicamente a Vladimir Putin por los últimos ataques rusos en suelo ucraniano que dejó al menos 9 muertos en Kiev.
Trump y Volodímir Zelenski, presidente de Ucrania, estarán presentes en Roma por el funeral del Papa. El mandatario estadounidense no descarta una reunión durante alguno de esos días.
Crimea, el territorio que aleja la paz entre Rusia y Ucrania
Entre las propuestas para alcanzar la paz entre Rusia y Ucrania está el reconocimiento por parte de Estados Unidos a que la península ucraniana de Crimea, anexionada por Moscú en 2014 —durante el mandato de Barack Obama—, sea reconocida nuevamente con control ruso.
“Crimea permanecerá con Rusia. Zelenski (presidente de Ucrania) entiende eso y todo el mundo entiende que ha estado con ellos durante mucho tiempo. Ha estado con ellos mucho antes de que llegara Trump. De nuevo, esta es la guerra de Obama. Esta es una guerra que nunca debería haber ocurrido”, dijo el mandatario en una entrevista publicada esta jornada en la revista TIME.
“La gente habla mayoritariamente ruso en Crimea. Pero esto fue dado por Obama, no por Trump. Crimea (…), conmigo de presidente, no habría sido tomada”, agregó.
La información es mirada con recelo por analistas internacionales, sobre todo los estadounidenses. “Es un error estratégico que socava el derecho internacional, debilita las alianzas y envalentona al autoritarismo mundial“, escribió el Instituto Robert Lansing de Estudios sobre las Amenazas Globales y las Democracias enumerando distintos riesgos. “Lejos de poner fin a la guerra, esta decisión podría abrir las compuertas a un mundo en el que las fronteras las trazan los tanques y no los tratados“.
Autoridades en Ucrania están en contra de esta medida. En conversación con la BBC, el alcalde de Kiev, Vitali Klitschko, lo ve más como presiones de Estados Unidos que un acuerdo real de alcanzar la paz. “Uno de los escenarios es ceder territorio. No es justo, pero la paz, una paz temporal, quizá pueda ser una solución, temporal“, dijo.
Sin embargo, dejó claro que el pueblo ucraniano “nunca aceptará la ocupación” por parte de Rusia. El posible acuerdo, por el momento, sigue en el aire.