
El Vaticano fue escenario de una sobrecogedora jornada, donde miles de fieles y representantes de más de 100 países llegaron a despedir al Papa Francisco, en una ceremonia llevada a cabo en la Plaza San Pedro.
En el féretro del primer pontífice latinoamericano se colocaron monedas y medallas acuñadas en su mandato, el palio y el Rogito, el cual resume su vida y su labor al frente de la Iglesia Católica.
En el lugar, en las afueras de la Basílica de San Pedro, se hicieron presentes más de 250 mil personas y la ceremonia de despedida de Francisco se extendió por dos horas, ante la mirada de líderes mundiales como Donald Trump, Emmanuel Macron y Volodymyr Zelensky, entre otros.
La misa fue liderada por el cardenal Giovanni Battista Re, decano del Colegio Cardenalicio y camarlengo, quien recordó al fallecido papa recordando que “la última imagen que tenemos de él, que quedará grabada en nuestra memoria, es la del pasado domingo de Pascua, cuando el papa Francisco, a pesar de sus graves problemas de salud, quiso darnos su bendición desde el balcón de la Basílica de San Pedro”.
Tras el rito, el féretro del Papa Francisco fue subido en el papamóvil, para ser llevado a la Basílica de Santa María la Mayor de Roma, donde descansarán por siempre sus restos.
En el lugar se llevó a cabo una ceremonia de entierro privada, que contó con la presencia de sus más cercanos, y que no fue transmitida al resto del mundo.