¿Cuándo fue que perdimos el propósito en política?
Actualmente, los intereses externos se interponen en el camino y se pierde la esencia de la política y el rumbo de lo que uno está haciendo. Cuando la política se vuelve más un trabajo que una vocación de servicio, a continuación los funcionarios descuidan los temas urgentes para la ciudadanía.
Al ver las discusiones que se han tomado la palestra pública en el último tiempo, es necesario reflexionar sobre el rol del servidor público y el propósito mismo de servir a la sociedad a través del Estado, el cual debe ser una plataforma para aportar a ocuparnos de las necesidades de las personas.
En cambio, actualmente los intereses externos se interponen en el camino y se pierde la esencia de la política y el rumbo de lo que uno está haciendo. Cuando la política se vuelve más un trabajo que una vocación de servicio, a continuación los funcionarios descuidan los temas urgentes para la ciudadanía.
Lo anterior sucede porque nos hemos alejado de los valores humanos de la responsabilidad, la pertenencia, la empatía con nuestro entorno y la búsqueda del bien común. Son conceptos que están más cercanos a las personas que a la discusión en el Congreso. Y, sin embargo, estamos a tiempo de volver a estas discusiones; quedan todavía dos meses para que la ciudadanía elija a los candidatos que antepongan las necesidades de la gente a las suyas; queda tiempo para apoyar a quienes busquen soluciones al cambio climático.
Incluso si no podemos responder cuándo fue que perdimos el propósito en política, ahora es cuando podemos volver a encontrarlo.
Diego Bravo,
candidato a diputado por el distrito 8