
Hoy se cumple un año de la Masacre del 7 de octubre, el ataque más violento contra el pueblo judío desde el Holocausto. Una nueva fecha oscura en el calendario judío, marcada por actos brutales cometidos por terroristas de Hamás y civiles gazatíes.
Secuestros, torturas, violaciones masivas de mujeres, mutilaciones, profanación de cuerpos, quema y decapitación de bebés; son crímenes que difícilmente podremos olvidar y nos rememoran las épocas más obscuras del Holocausto.
Al día de hoy, aún continúan secuestradas por Hamás 101 personas —niños, ancianos, mujeres y hombres—, y en palabras de Mia Schem, nieta de chileno y que fue secuestrada desde la fiesta Nova: “el trato fue extremadamente brutal, y el miedo constante una realidad”. Es difícil ver la indiferencia de una parte importante del mundo frente a estos crímenes, especialmente debido a la cantidad de imágenes y videos que existen, ya que los crímenes de Hamás, fueron documentados deliberadamente por ellos mismos.
El 7 de octubre, cambió una vez más la realidad de los millones de judíos del mundo. Y lamentablemente, sectores de Occidente parecen haber olvidado el gran peligro que trae consigo el terrorismo islámico. No dejemos que la barbarie triunfe.