"Me rebelo ante el diagnóstico de que la derecha necesita cirugía mayor"
Como la imagen de una nave abandonando el puerto para iniciar su aventura hacia parajes desconocidos, El Dínamo ha izado sus velas e iniciado su viaje en busca de un espacio en el periodismo local con un medio que aspira a ser moderno, ágil, veraz y pluralista. Muchos miran desde la costa y envían tímidos mensajes de apoyo. Se percibe un cierto escepticismo. Es el conocimiento de las dificultades que ha debido y deberá enfrentar este emprendimiento y de las frustradas experiencias de algunas iniciativas pasadas.
Como la imagen de una nave abandonando el puerto para iniciar su aventura hacia parajes desconocidos, El Dínamo ha izado sus velas e iniciado su viaje en busca de un espacio en el periodismo local con un medio que aspira a ser moderno, ágil, veraz y pluralista. Muchos miran desde la costa y envían tímidos mensajes de apoyo. Se percibe un cierto escepticismo. Es el conocimiento de las dificultades que ha debido y deberá enfrentar este emprendimiento y de las frustradas experiencias de algunas iniciativas pasadas.
El camino no estará exento de dificultades, pero quizás la mejor forma de dar con el rumbo correcto pasa por mirar lo que hicieron quienes fracasaron; mirar lo que está ocurriendo en el medio local y ofrecer una ruta distinta, en que sea el lector el que saque las conclusiones del significado de los hechos presentados con seriedad y objetividad.
Nadie puede cuestionar el derecho de quienes trabajan en los medios periodísticos de tener una posición frente a los grandes (y no tanto) temas de la vida, pero si tenemos el derecho de exigir que quede muy claro cuando se nos presentan los hechos que constituyen la noticia y cuando estamos frente a la legítima, y contestable por cierto, interpretación personal de dichos hechos. Si podemos pedir periodistas, columnistas, blogueros que cuestionen sus fuentes, que no sean pauteados por los interesados de siempre, que cambien el morbo por el análisis racional de los temas, que no sigan la tendencia, que la impongan. Ese tiene que ser El Dínamo.
En una muestra de pluralismo se me ha invitado a compartir ideas y experiencias en esta columna, lo que pretendo hacer con respeto a las personas, pero con libertad, independencia y sin sujeción a lo políticamente correcto. Pretendo cuestionar las “noticias” cocinadas, rebelarme al diagnóstico exógeno que la derecha debe ser objeto de una cirugía mayor y dar paso a una “nueva derecha”, que ésta sea cercenada de los valores que le permitieron triunfar sobre la visión materialista y atea, como si la suscripción de valores y principios fuere un tema de conveniencia electoral y; que ésta sea definida por quienes no son de derecha.
Como testigo presencial de los últimos 50 años de nuestro país, quiero construir una visión equilibrada, desapasionada y justa de nuestra historia reciente, evitando el que se imponga una narración novelística, sin rigor histórico, con un simplismo irresponsable y que sólo nos llevará a repetir los errores del pasado. Quiero denunciar a quienes están impidiendo que los sectores más necesitados de nuestra sociedad puedan surgir, al convertir en su quehacer diario el denostar a la empresa y la actividad empresarial, al oponerse al desarrollo industrial, energético y urbano, al haber transformado la actividad de los pequeños y medianos empresarios en una lucha permanente contra la burocracia y el hostigamiento al emprendimiento y, con ello, a la creación de riqueza y empleo.
Los invito a debatir y contribuir a construir un Chile mejor a través de El Dínamo.
(*) Fernando Barros Tocornal es abogado de la Universidad de Chile, socio fundador del Estudio Jurídico Barros & Errázuriz y Presidente del Círculo Legal de Icare. Es asesor y director de empresas y fue profesor universitario y Decano de la Facultad de Derecho de la Universidad Finis Terrae.