Boric emplaza a Beyer por gratuidad: “Las palabras del ministro se desvanecen en el aire”
Para el líder de la Fech, la insistencia en que la focalización del gasto reduciría más la desigualdad que el acceso universal a la educación esconde "una ceguera frente a las consecuencias mediatas de esta política".
El tema de la gratuidad en la educación sigue siendo la manzana de la discordia entre los actores del conflicto estudiantil. El ministro Harald Beyer ha sido enfático en reiterar que “la gratuidad universal de la educación es regresiva”, argumento que, a su juicio, nadie le ha podido rebatir.
Afirmación que es contestada esta mañana por el presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (Fech), Gabriel Boric, en una carta a El Mercurio, texto en el cual el líder universitario señala que el secretario de Estado “sostiene su argumento distorsionando el de su contraparte”.
“Chile es hoy un país más desigual que cuando gobernaba Pinochet”, afirma Boric en su carta. “No es un juicio, es un hecho. Las políticas sociales implantadas a mano armada y luego consolidadas por los gobiernos civiles, han concentrado el ingreso en lugar de distribuirlo, haciendo a los ricos más ricos. La focalización del gasto social y la negación de derechos sociales universales han resultado ser una política pública de carácter regresiva“.
El movimiento social por la educación, indica el líder de la Fech, “ha señalado en distintas instancias lo beneficioso que sería para reducir las desigualdades y construir un país socialmente más integrado el que la educación fuese un derecho universal garantizado por el Estado”.
Boric apunta a un artículo que el mismo titular de Educación escribió junto Loreto Cox para el Centro de Estudios Públicos (CEP), donde demuestran que garantizar el acceso universal a la educación reduciría el coeficiente de Gini (que mide la desigualdad); “sin embargo, sostienen que la focalización del gasto lo reduciría aún más. El problema de este argumento es que esconde una radical ceguera frente a las consecuencias mediatas de esta política: la violenta segregación que produce, y que es del todo evidente en nuestro sistema educacional y, por tanto, en nuestra sociedad”, sostiene.
“El único argumento que les queda es que la universalidad del derecho a la educación sería “muy cara”. Cierto es que la educación gratuita será progresiva según cómo se recaude su financiamiento. Por eso hemos propuesto, desde 2011, una reforma tributaria que exija una mayor contribución de los ricos y las empresas a la sociedad. Que haya quienes por defender sus privilegios se opongan a ella, es parte de los desafíos que debemos como sociedad enfrentar”, agrega la carta.
Para Boric, entonces, “las palabras del ministro se desvanecen en el aire. La gratuidad de la educación es para nosotros un horizonte irrenunciable. (…) Porque por los derechos no se paga. Porque nos pertenecen por el solo hecho de ser parte de una misma comunidad”, finaliza.