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5 de Abril de 2014

Damnificados por el terremoto pierden la calma por lenta ayuda del Gobierno

Uno de los mayores problemas para restablecer los servicios básicos, entregar ayuda y registrar los daños son las largas distancias entre los distintos poblados y las pocas rutas que los unen.

Por EFE
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La calma y paciencia que habían mostrado los habitantes del norte tras el terremoto de 8,2 grados parece estar llegando a su fin, frente a la demora en la reposición de los servicios básicos, el aislamiento y la sucesión de fuertes réplicas.

En la madrugada de este sábado un centenar de iquiqueños levantó barricadas y cortó el tráfico en algunas calles de la ciudad. Los vecinos manifestaron así su protesta por la tardanza en la llegada de ayuda que les permita sobrellevar mejor los daños que sufrieron muchas viviendas y la falta de agua y luz en varios sectores, que se prolonga ya por cinco días.

Los damnificados tratan de que se agilice la entrega de mantas, ropa de abrigo y otros elementos para hacer frente a las consecuencias de la catástrofe, en una población que desde que se produjo el terremoto ha debido dormir en lo cerros o en algunos refugios de emergencia.

Los ministros del Interior, Rodrigo Peñailillo, y de Defensa, Jorge Burgos, se trasladaron al norte por orden de la Presidenta Michelle Bachelet para acelerar la segunda fase del plan de ayuda, centrado en las localidades alejadas del borde costero.

“Estamos trabajando para restablecer la normalidad en la vida de las personas”, declaró Peñailillo. “Lo que importa es que los servicios básicos estén establecidos y de buena forma, es a lo que estamos apuntando”, agregó.

El ministro lamentó las protestas de los habitantes de Iquique y llamó a mantener la calma. “Todos los recursos que sean necesarios van a estar disponibles para la población”, aseguró. Anteriormente el Ministerio de Salud había decretado la alerta sanitaria debido a los cortes de agua.

Pese al esfuerzo desplegado por el Gobierno con apoyo del Ejército, muchas localidades del norte del país se mantienen aún aisladas. “Está aislada Alcérreca (al interior de Arica). Logramos una conexión de ruta para llegar a ellos y esperamos tener la conexión completa en los próximos días”, declaró el general y jefe de Catástrofe de la región Arica y Parinacota, Miguel Alfonso.

Precisó que a otros pueblos se ha llevado ayuda, básicamente alimentos, a través de helicópteros. Una situación similar se mantiene en otros seis poblados al interior de Iquique.

“Huaviña, Mocha, Poroma y Coscoya están aisladas y no hay conexión. Los cortes se deben a derrumbes en las calzadas, provocados por el terremoto. Tampoco hay conexión, aunque en menor medida, con Loanzana y Pachica”, señaló el encargado regional de Obras Públicas, Sergio García.

Uno de los mayores problemas para restablecer los servicios básicos, entregar ayuda y registrar los daños son las largas distancias entre los distintos poblados y las pocas rutas que los unen. Las autoridades han reconocido que la situación más grave se concentra en los pueblos del interior, muchos de los cuales viven de la agricultura, debido al derrumbe en canales de regadío.

El Ministerio de Vivienda informó que el viernes espera contar con un censo de todas las viviendas destruidas o dañadas en las regiones de Arica y Parinacota y Tarapacá, donde se concentró la fuerza más dañina del terremoto.

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