Roberto Thieme, ex Patria y Libertad, acusa a la derecha de tener “ánimos golpistas”: “La protesta de los camioneros fue orquestada por la UDI”

“El de ayer fue un fiasco más de estos incompetentes (del gobierno) y de una Presidenta que fenestró, que no tiene liderazgo, que nunca lo tuvo. Es un mito la Presidenta, que delega el poder en un incompetente (Jorge) Burgos, que es funcional al poder militar”. Así de drástico es el ex Secretario General de Patria y Libertad, Roberto Thieme Schiersand, al referirse a la movilización de los camioneros, que ayer doblegó la mano del gobierno cuando se permitió que seis de sus máquinas transitaran ante La Moneda, pese a que el Ejecutivo emitió una circular que prohibía el ingreso de camiones a Santiago.

Pero no sólo el gobierno se gana las críticas del ex dirigente nacionalista. Al mencionarle que ayer, tras enfrentamientos a metros del Palacio de Gobierno, diversas personas mostraron la misma bandera que identificaba en los ’70s a Patria y Libertad, esto mientras se ocultaban en el Centro Cultural de La Moneda, responde profundamente molesto que ellos son “unos ignorantes, que no tienen idea. No han estudiado historia ni educación cívica, y pertenecen a la burbuja beneficiada por el capitalismo salvaje impuesto en la Dictadura. Son Pinochetistas disfrazados”.

Thieme sabe de lo que habla. Él es uno de los rostros más visibles de quienes, desde el mundo civil, se oponían al gobierno de Salvador Allende en los ’70s. Incluso, la administración del ex Presidente debió también enfrentar un paro de camioneros, que encabezó la Confederación Nacional de Dueños de Camiones.

Los ánimos ayer estaban crispados. El ministro de Interior, Jorge Burgos, terminó reconociendo un “fracaso del Estado” en la región de la Araucanía, y la presidenta de la Central Unitaria de Trabajadores, Bárbara Figueroa (PC), indicó que “sabemos lo que representa una paralización de camiones en nuestro país”.

El ex secretario del movimiento nacionalista chileno asegura que hay muchas diferencias entre el paro de ayer y el que ocurrió entre el 1 de octubre y el 2 de noviembre de 1972. Partiendo por el comprobado apoyo que los transportistas de 1972 recibieron de la CIA, el cual fue reconocido por el mismo ex secretario de Estado de EE.UU., Colin Powell, quien indicó que “no es una parte de la historia de la que estemos orgullosos”.

“Son 13 camioneros empresarios. No choferes. Detrás de todo esto está la Unión Demócrata Independiente. Hemos visto a la gente de la UDI en la calle con proclamas. En pocas palabras, es una ‘movida’, absolutamente, un montaje comunicacional hecho por la derecha, con los medios que domina, que es toda la televisión, para distraer a este pobre pueblo de la información sobre las lacras que está sufriendo”, resume Roberto Thieme al teléfono con El Dínamo, para luego acotar que la UDI actuaría así para tapar sus escándalos de corrupción, como el caso Penta.

Thieme acota que hace 42 años, Chile estaba inmerso en plena Guerra Fría. Un contexto completamente distinto, donde el mundo estaba dividido entre el poderío de Estados Unidos y la Unión Soviética. En ese momento el ex dirigente acusa que fue la Armada la que orquestó el paro de los camioneros y que incluso organizaron campamentos donde éstos se instalaron y los cuidaron.

“El paro de ayer, que no es un paro porque fueron apenas 13 camiones, es el paro de la patronal que maneja o tiene los convenios con las forestales, que están explotando los terrenos que eran mapuches y están destruyendo el equilibrio ecológico de la zona”. Esa es la explicación que vale para Thieme.

El conflicto de La Araucanía golpea las puertas de Palacio

Ayer fue un caos fuera de La Moneda. Grupos a favor y en contra de los camioneros, en el que se podían ver simpatizantes de la causa mapuche entre estos últimos, se trenzaban a gritos, escupos y golpes a metros de la sede del Ejecutivo. Como representante emblema de las víctimas de la violencia -por parte de quienes poseen las tierras- en la Araucanía se erigía Jorge Luchsinger Mackay, que fue agredido, como muchos otros, entre las grescas que tuvieron lugar en el centro de la capital.

Correteados todos por Carabineros, un grupo de quienes se identificaban con los camioneros se refugiaron en el Centro Cultural de La Moneda. Y apareció: una bandera con una suerte de araña de color negro. El símbolo de Patria y Libertad. Ícono temido por el significado que se le atribuye: la representación de la facción ultranacionalista de Chile que presionó hasta el fin al gobierno de Allende.

Thieme por cierto que no está de acuerdo con esta interpretación. “La bandera y su significado son tres eslabones, donde la Derecha y la Izquierda están rotos, y el del Centro está lleno. No estábamos ni en uno ni en el otro, pero estábamos por la unidad”, precisa el ex dirigente, quien a diferencia de la creencia popular, asegura que no fue él quien diseñó la bandera, sino el otrora jefe nacional de Patria y Libertad, Pablo Rodríguez Grez, ex abogado de Augusto Pinochet y actual decano de Derecho de la Universidad del Desarrollo.

Y además, Thieme reitera que la protesta de ayer “ no sólo fue instrumentalizada, fue orquestada por la UDI (…) José Villagrán, vicepresidente de los camioneros, fue precandidato del distrito 50 por el gremialismo. Fue la UDI la que organizó esto. Es un montaje publicitario. No tiene contenido y se declaran un movimiento apolítico. Pura basura publicitaria”.

La explicación que tiene el ex secretario general de Patria y Libertad para la mala imagen del movimiento tiene que ver con que “en la derecha chilena, es la UDI y Renovación Nacional, las generaciones posteriores al Golpe, que compraron esta imagen negativa y fascistoide de Patria y Libertad que no es real. Un buen ejemplo es cuando estaba este señor (Laurence) Golborne de precandidato presidencial, representante de la derecha chilena de ignorantes que no han aprendido de la historia y se han identificado con este movimiento. Se parecen en algo retrógado: están en la línea golpista tratando de desestabilizar al gobierno de la Nueva Mayoría, que no es Izquierda, sino que se dice progresista de Izquierda”.

Lo que sucede con los camioneros y sus posturas no puede ser tomado a la ligera, ya que Thieme asegura que denunció públicamente el año pasado, en el sur “a la patronal del terrateniente, que está compuesta por ex miembros de Patria y Libertad que no entendieron lo que era. Ellos no son más que violentistas antimarxistas histéricos. Usaban la violencia en esa época y la usan ahora. Plagian bastardamente los símbolos del movimiento”.

Nuevo referente

Ahora Roberto Thieme indica que se dedica a la pintura, y que ayer le tocó ser espectador desde Santiago de la protesta de los camioneros. Después de haber copado titulares hace un par de años, cuando se cumplieron 40 del Golpe de Estado, asegura que se generó una respuesta de gente joven interesada en saber de Patria y Libertad.

Actualmente está analizando cómo levantar “una causa común”. Consultado respecto de esto, y descartando de plano que esto signifique una reedición del movimiento nacionalista de los ’70s, asegura que este movimiento consideraría “desde el Movimiento Izquierda Revolucionaria hasta acá, pasando por todos los sectores independientes, de Izquierda o de Centro que estén por buscar una alternativa. Es un proyecto nuevo de desarrollo como Chile, como país, para eliminar el modelo impuesto en Dictadura”.

Al insistírsele sobre su posición, en vistas de la creación de este movimiento, Thieme asegura identificarse con una línea cercana al ex candidato presidencial Marcel Claude: “Soy un nacional popular, extra sistémico, que apunta a cambiar la constitución, vía Asamblea Constituyente y refundar la República. Yo no participo activamente en nada, precisamente por esa imagen demonizada que tengo”, indica.

No obstante asegura que quien sea que estudie su trayectoria intelectual e ideológica “se va a tener que convencer que vengo de una línea justicialista, nacionalista, popular… cercana al peronismo”.

Sin embargo, Thieme asegura que está en pleno proceso de mudanza. Tendrá residencia en Buenos Aires, pero advierte que seguirá volviendo a Chile, y también seguirá buscando llevar adelante sus ideas. “¡Me sacaron de mi cementerio político!”, ríe al teléfono, para luego reconocer que no será fácil “volver” a ese cementerio.