Cadem: risas de Viña 2016 gatillan caída de 6 puntos en aprobación de Bachelet
Además, en otros atributos de la mandataria, la apreciación por parte de los consultados de que “cumple lo que promete” roza el mínimo que ha obtenido la mandataria, descendiendo a un 27%. Asimismo, otro de sus atributos históricos, el que “genera confianza”, alcanzó un nuevo fondo, con un 30%.
Ni “La Piragua”, ni sus bailes de la semana pasada ni el notorio cambio de actitud de la Presidenta Michelle Bachelet consiguieron mantener la estabilización que había experimentado su aprobación, que el gobierno apostaba a aumentar –o al menos mantener– al capitalizar la entrada en vigencia de la gratuidad en la educación.
En esta edición de la encuesta semanal Cadem, se puede ver un potente descenso en este índice, alcanzando nuevamente su mínimo histórico de 20%. Estos índices sólo habían sido vistos antes en la semana del 11 de septiembre del 2015.
En otros atributos de la mandataria, la apreciación por parte de los consultados de que “cumple lo que promete” roza el mínimo que ha obtenido la mandataria, descendiendo a un 27%. Asimismo, otro de sus atributos históricos, el que “genera confianza”, alcanzó un nuevo fondo, con un 30%.
Uno de los aspectos que habría sumado a estos bajos índices de la mandataria, de acuerdo a la encuesta, apunta a precisamente las rutinas de humor que tuvieron lugar en el Festival de Viña. La baja sería equivalente a la que sufrió hace cerca de un año con el inicio del caso Caval.
Pese a que sólo un 27% asegura que el humor político es el más divertido, un 74% de los consultados estima que a Edo Caroe no se le pasó la mano con las críticas que hizo a los políticos. Este porcentaje es idéntico a quienes fueron consultados en marzo del 2015, respecto de quienes opinaron que a Yerko Puchento no se le había pasado la mano con la rutina con la que criticó al hijo de la mandataria, Sebastián Dávalos.
Pese a las aprensiones de El Mercurio, que sugería que con las críticas a la política a través del humor se puede “desatar fuerzas descontroladas”, un 66% de los consultados asegura que no deberían haber límites a las rutinas humorísticas que tienen por objeto la crítica política, en tanto que un 70% estima que el humor político no resta legitimidad a esta actividad y no le hace daño a la democracia.