VIDEOS | Cinco momentos históricos del gobierno de Patricio Aylwin

Puede haber partidarios o no partidarios de su gobierno. Pero hay algo en lo que hay consenso: Patricio Aylwin hizo historia al ser el primer presidente tras la dictadura de Pinochet, y protagonizó varios momentos que quedarán grabados en la historia de Chile.

Aquí un recuento de algunos de ellos que quedaron registrados en video y que ayudan a dimensionar el tamaño de su legado.

1.- Discurso en el Estadio Nacional: “¡Chile es uno solo!”

Recién electo como presidente, Patricio Aylwin despachó un discurso ante un Estadio Nacional repleto el 12 de marzo de 1990. Algo impensable para los tiempos de hoy, donde un político -sin palos blancos- podría con suerte llenar el gimnasio de un colegio.

En su discurso, Aylwin dio a entender lo que sería su principal desafío en el gobierno. “Es hermosa y múltiple la tarea que tenemos por delante: restablecer un clima de respeto y de confianza en la convivencia entre los chilenos, cualesquiera que sean sus creencias, ideas, actividades o condición social, sean civiles o militares“, dijo enérgicamente.

En ese momento, la galería empezó a pifiar la alusión a los uniformados, que hasta solo días atrás tenían el poder y habían dejado un legado de muerte y torturas. Pero Aylwin reafirmó su frase aún más enérgicamente: “!Sí señores, sí compatriotas, civiles o militares: ¡Chile es uno solo!”.

2.- Cambio de mando: Pinochet y la piocha de O´Higgins

Hasta el último momento, pese al triunfo democrático del NO y la elección de Patricio Aylwin como nuevo presidente, no se sabía con certeza si es que el dictador Pinochet tenía entre manos alguna trampa para el cambio de mando.

Por eso, Aylwin intentó que la ceremonia fuera lo más corta posible para evitar momentos incómodos. Después de todo, era la primera vez que se hacía este evento después de 17 años, por lo que se había perdido la costumbre. Y como no podía ser de otra forma, la tensión se hizo presente. El líder de la DC no quería recibir la banda presidencial del ex dictador. Pero este tenía entre manos un elemento para simbolizar su traspaso del poder: la piocha de O´Higgins.

Para figurar y salirse con las suyas, Pinochet esperó hasta el último momento para entregar el símbolo del ejército y así contribuyó a aumentar el nerviosismo en el salón.

3.- El primer 19 de septiembre: los militares se mandan solos

Era la primera parada militar en democracia. Y como rito republicano, el general Carlos Parera tenía que pedir permiso al Presidente de la República para iniciar el desfile. Pero en una clara señal de desprecio a la democracia, el militar no lo hizo y procedió a iniciar el desfile sin decir ni pío. El rostro del Mandatario mientras ocurre esto, es decidor.

El desacato no pasó inadvertido: Aylwin vetó el ascenso de Parera y Pinochet, en ese entonces Comandante en Jefe, lo envió como agregado militar a Sudáfrica.

4.- El perdón de Patricio Aylwin a los familiares de DD. DD.

Se había acabado la dictadura pero recién comenzaba una tarea que aún no termina: la de esclarecer la verdad sobre las violaciones de derechos humanos cometidos en la dictadura. Para eso se creó la Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación, con destacadas personalidades nacionales de distintos ámbitos y distintos bandos políticos.

En la presentación del Informe elaborado por esta comisión, conocido como “Informe Retting”, el presidente Aylwin hizo un emotivo e histórico discurso en el que pidió perdón a nombre del Estado chileno a los familiares de las víctimas de los crímenes cometidos en la dictadura.

5.- Último 21 de mayo: Aylwin contra la democracia “tutelada”

Después de tres años de gobierno, que incluyeron momentos tensos como un “boinazo” de los militares en protesta por la investigación que se estaba llevando a cabo sobre los turbios negocios de la familia Pinochet (los famosos “pinocheques”), Aylwin hizo en el último discurso del 21 de mayo de su período una fuerte crítica a la Constitución vigente y a los enclaves autoritarios que mantenía.

Por ejemplo, existía la figura de 9 “senadores designados” nombrados por la Corte Suprema, el Consejo de Seguridad Nacional y el Presidente de la República, las primeras de estas dos instituciones aún estaban controladas por adherentes a la dictadura, por lo que así se impedía que los gobiernos electos tuvieran el control del Congreso.

Los jefes de las Fuerzas Armadas y Carabineros eran inamovibles. Y el Consejo de Seguridad Nacional (COSENA), que podría auto convocarse para, por ejemplo, acusar al Presidente de la República ante el Congreso o el Tribunal Constitucional, estaba integrado por nueve autoridades entre las que se incluía a los comandantes en jefe del Ejército, la Armada y la Marina. Bastaba con que dos comandantes en jefe de las FF. AA. se pusieran de acuerdo para intentar destituir a un presidente por “abandono de deberes”.

La Concertación había transado en principio con esos enclaves para poder recuperar la democracia. Pero ya en 1993, Aylwin abogó firmamente por eliminarlos. “Digámoslo con franqueza: todos estos son rasgos de lo que los teóricos del autoritarismo llaman democracia ‘protegida’ o ‘tutelada’. Le tienen miedo a la democracia y se valen de estos mecanismos para frenar el cumplimiento de la voluntad del pueblo”, dijo Aylwin el 21 de mayo de 1993.

“Precisamente porque soy respetuoso de las Fuerzas Armadas y de Orden como instituciones nacionales, pertenecientes a la Patria toda, que no deben ser politizadas, soy contrario a que se atribuya a sus jefes ninguna clase de función política. Desde el momento en que esto se hace y se pone a esos jefes en la necesidad de ‘tomar partido’ en decisiones políticas, se abre la puerta a la deliberación y politización de las instituciones”, agregó el presidente, que luego lamentó no haber podido acabar con esas disposiciones en su mandato.

La cara de Pinochet mientras escuchaba ese discurso es de antología.