Fueron 400 las trabajadoras sexuales que se sometieron al estudio Fondecyt impulsado por la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Chile y organizaciones como Fundación Margen, Reddos y Savia, que buscaba determinar la prevalencia del VIH en el comercio sexual santiaguino. Y el resultado de la investigación, publicada por The Clinic Online, derriba varios de los mitos que hay en torno a este oficio: el virus no está presente.
Esto porque prácticamente el 100% de quienes ejercen la prostitución ocupan medidas de prevención con sus clientes estables y esporádicos. La situación se repite con las prostitutas extranjeras, que representan el 30% de la prostitución santiaguina, y en las que tampoco había prevalencia del virus.
El 84% de las trabajadoras se ha hecho el test de ELISA alguna vez y el 58% lo ha hecho en el último año. Solo un 11% ha tenido alguna vez una enfermedad de transmisión sexual, lo que no difiere del resto de la población. Las muestras fueron tomadas a través de exámenes y encuestas en distintos lugares donde se ejerce la prostitución.
El estudio contempla una segunda etapa en la que se analizará a miembros de la comunidad homosexual para identificar la presencia de VIH, sífilis y hepatitis B en este grupo.