Esta semana ingresó el proyecto que transforma la educación superior chilena. Para sumarse a la discusión, vale la pena conocer algunos de los problemas de este nivel educativo. Aquí Educación 2020 entrega un resumen en diez cifras.
1.- Acceso
En 20 años, el acceso a la educación superior explotó: un millón de estudiantes ingresaron al sistema. Si bien el acceso es una buena noticia, este crecimiento ha sido sin regulación, muchas veces con instituciones que no aseguran calidad o empleabilidad.
2.- Exclusión de la Educación Técnica
A la vez, nuestro actual sistema de admisión le otorga excesivo protagonismo a la PSU, prueba que presenta sesgos de género, socioeconómicos y que está hecha a la medida de la enseñanza científico humanista, excluyendo a estudiantes de liceos técnicos, quienes obtienen menores puntajes, desincentivando que accedan a carreras universitarias.
3.- Segregación
La educación superior está fuertemente relacionada con la educación escolar. Muchas de las desigualdades se arrastran desde el colegio. Ese 83% de gerentes ingresará a las mismas universidades, reproduciendo una elite económica y política, lo que atenta con una verdadera meritocracia.
4.- Educación Pública abandonada I
La educación pública debe ser principalmente estatal y ella debe ser el eje de encuentro e inclusión para construir ciudadanía y terminar con la segregación. Ese rol es difícil de cumplir si sólo el 15% de la matrícula corresponde a planteles estatales.
5.- Educación Pública abandonada II
El deterioro de la Educación Pública ocurre de forma transversal en el sistema educativo chileno: en jardines infantiles, colegios, CFT, IP y universidades. Después de la reforma de los 80, la matrícula de estudiantes en establecimientos públicos cayó del 80% al 40%. Fortalecer y articular la Educación Pública es un imperativo que no debe quedar relegado.
6.- Analfabetismo funcional
Según evaluaciones locales e internacionales, los colegios privados son “lo mejor de lo peor” en la educación chilena y obtienen los mejores resultados del país, los que –hay que aclarar– aún son bajos en comparación a países desarrollados. Eso quiere decir que más del 90% de quienes rinden la PSU y esperan ingresar a la educación superior en Chile no cuentan con competencias mínimas. Es clave que las instituciones de educación superior asuman el desafío de nivelar a sus estudiantes.
7.- Sesgo de género
Que haya más mujeres en carreras asociadas al cuidado de los otros (enfermería, pedagogía, párvulo) y varones en especialidades del área creativa y con mayor remuneración (ingeniería, ciencias) no es casual, responde a una sociedad donde las desigualdades y los privilegios no sólo se dan en el orden socioeconómico, sino también por el género. Que la educación no sea sexista también es calidad.
8.- Falta de acreditación
Además de pedagogía, varias carreras de educación superior se imparten sin que se asegure su calidad. Necesitamos avanzar a un sistema de acreditación y aseguramiento de la calidad OBLIGATORIO, a cargo de una agencia estatal.
9.-Financiamiento I
En Chile, la educación superior es financiada principalmente por las familias. Hay estudiantes con talento de los deciles más pobres que se endeudan para acceder o que simplemente no acceden porque no pueden pagar. Es necesario ampliar la gratuidad y las ayudas estudiantiles para estos casos, en instituciones que cumplan con requisitos mínimos, como acreditación, no lucro y, en general, las condiciones del nuevo sistema de educación superior.
10.- Financiamiento II
La gratuidad en la educación superior es un avance hacia la inclusión, pero no cambia un problema mayor que es la lógica de financiamiento a la demanda. Se requiere una nueva estructura, que combine aportes basales o fijos con otros variables, considerando siempre el contexto en que se ubican estas instituciones.