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Actualizado el 14 de Diciembre de 2017

Los guardianes de los votos de Piñera

La UDI realizó una capacitación para instruir a los apoderados de mesa, quienes deberán pelear cada voto para su candidato salga electo.

Por Consuelo Olguín
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La cita es las 19 horas en calle Suecia 281. Así ha sido toda esta semana, cuando quedan pocos días para las elecciones presidenciales de segunda vuelta donde se enfrentarán Sebastián Piñera y Alejandro Guillier. Saben que será una elección peleada, así que con mayor razón la UDI está haciendo jornadas de capacitación a los apoderados de mesa, para pelear voto a voto el domingo 17 de diciembre.

Los pocos que han llegado esperan en el hall central de la sede de la UDI. El lugar es sobrio, hay un par de sillones, dos plantas y un árbol de Navidad iluminado junto un pesebre. Un muro está apenas decorado por fotos de quienes han sido presidentes del partido, partiendo por el fundador Jaime Guzmán, pasando por Jovino Novoa, Pablo Longueira y Hernán Larraín. En un par de años el rostro de la senadora Jacqueline Van Rysselberghue también estará ahí, siendo la primera mujer en ejercer ese cargo.

“¿A qué colegio van el domingo?”, pregunta un hombre de jeans y camisa a cuadros a un grupo de tres jóvenes. “A uno en Recoleta”, dice uno y le cuenta que esta es su primera vez como apoderado. “Mira, hay que tener buena onda con la gente, no entrar en la agresión. Tenís que preocuparte de lo que vale la pena, si hay grafito por abajo, si hay un lápiz donde no debe estar”, le aconseja y advierte: “Hay que tener cuidado porque los comunistas y socialistas son muy agresivos. Vienen con camisa roja. Provocan”. El hombre no para de dar consejos para ese día, tanto sobre la actitud como de cosas prácticas. “Tienen que llegar súper piola, no van a llegar con una polera Polo po”, dice riendo.

La capacitación empieza a las 19:30 en otro salón de la casona. Macarena Bravo, coordinadora del Área de Formación de la Fundación Jaime Guzmán, da la bienvenida. Ella será quien en una hora y media explique de qué se trata todo, haga pruebas rápidas para ver si la gente entendió y resolverá las decenas de dudas al final del curso.

Macarena Bravo, coordinadora del Área de Formación de la Fundación Jaime Guzmán, da la bienvenida a los apoderados.

Con diapositivas explica qué hace un apoderado general y qué hace un apoderado de mesa. El primero es el encargado del local de votación, mientras que el segundo es el “encargado de defender los derechos y votos de Sebastián Piñera” en la mesa de votación. Señala que es un derecho estar ahí, que nadie los puede sacar de la mesa, a menos que la persona haga algo en contra de ley, como sacarle fotos a los votos o pelear físicamente.

Macarena dice, y lo dirá a lo largo de todo el encuentro, que el rol observador del apoderado es muy relevante. Para probarlo, muestra una cita del líder de la revolución soviética Joseph Stalin quien en las elecciones del Secretario General del Partido Comunista de la Unión Soviética en 1934 dijo “no importa quién vota, sino quién cuenta los votos”. Luego muestra ejemplos de por qué son tan importantes los apoderados. Cuenta que en la elección del 2000, cuando se enfrentó Ricardo Lagos y Joaquín Lavín, el margen fue muy estrecho. “Lavín perdió por un voto en cada mesa”, dice. A eso agrega el caso de las elecciones municipales en Zapallar, donde hubo empate, pero que finalmente tras un nuevo conteo Gustavo Alessandri (UDI) ganó por solo un voto.

Según una proyección hecha por la Fundación Jaime Guzmán, Piñera podría ganar el próximo domingo por 57.666 votos. “Sabemos que estas elecciones van a ser muy reñidas”, dice la capacitadora. Esa percepción es compartida al interior de la derecha, sobre todo considerando que el candidato de Chile Vamos obtuvo 36, 64% en la primera vuelta, cifra debajo de lo que esperaban. “Fue un remezón”, admitió el propio Piñera.

Válido, nulo y blanco

El salón está lleno. Deben haber unas 100 personas, algunas sentadas y otras de pie. Jacqueline Van Rysselberghue y el secretario general de la UDI, Pablo Terrazas, están sentados en primera fila. Hay silencio y concentración en esta parte, que es la más complicada porque enseñarán a reconocer la característica del voto, si es válido, válido pero objetado, nulo o blanco. Ahí es cuando hay que entrar a pelear.

La capacitación muestra diapositivas con distintos casos de votos.

Luego de eso viene un test rápido en diapositivas. Muestran distintos casos de votos y preguntan a qué corresponde, mientras empieza el griterío y levantan las manos. La mayoría de la gente se equivoca en las primera pruebas y ahí empiezan las preguntas sobre qué hacer en cada situación. “¿El voto blanco se suma a algún lado?”, pregunta una señora y al tiro todos le gritan que no, que nada que ver.

Además de reconocer correctamente los votos, hay otra preocupación que los ronda. “¿Como podemos ver si el voto está marcado de antes?”, pregunta un hombre. “Me dijeron que antes de los votos estaban marcados con las uñas”, dice otro. Días antes Piñera denunció que su equipo detectó votos marcados previamente por Guillier y Beatriz Sánchez, en una suerte de fraude electoral. Sus declaraciones fueron transversalmente criticadas. Incluso la presidenta de la UDI admitió que fue innecesario, pero de todas formas esa denuncia tuvo eco en los seguidores de Piñera. “No hay que ir con la predisposición que nos van a hacer fraude”, responde Macarena ante las inquietudes y recalca que hay que llevarse bien, que no hay que tensionar el ambiente de la mesa.

Los apoderados fueron instruidos para que se lleven bien con todos los integrantes de las mesas y no tensionar el ambiente.

“Los que vamos a sectores más difíciles vamos a tener a mucha gente alrededor gritando todo tipo de cosas. Tenemos que trabajar por la mesa y tener bastante temple, porque sino nos vamos a confundir porque hay gente que va especialmente a eso”, dice a modo de consejo una mujer que ha sido vocal y presidenta de mesa en elecciones anteriores.

La capacitación ya terminó pero aún hay muchas dudas. Macarena dice que se pueden acercar a ella para resolverlas en privado y que de todas formas se les van a mandar un correo electrónico con el instructivo basado en la ley.

Jacqueline Van Rysselbergue, presidenta de la UDI, toma la palabra. “Esta es la elección más importante de los últimos 30 años” dice y recuerda el fantasma de la derrota de Lavín. “Basta que nos anulen. Yo creo que esta es una elección peleada, vamos a ganar, pero va a estar peleada”. La gente empieza a moverse, sin aplaudir. Unos se van, otros se acercan a la mesa con snacks, donde solo queda café. El hombre de jeans y camisa a cuadros que llegó de los primeros está sentado en uno de los sillones del hall central, cuenta que él vota en Huechuraba pero que va a ser apoderado en el Estadio Nacional y le recalca a otro: “No podemos dejar que estos desgraciados se tomen el poder de nuevo”.

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