Los momentos claves de una campaña que convenció: cómo se fraguó el retorno de Piñera a La Moneda
Por cuatro años, Sebastián Piñera se encargó de apuntar a los errores del Gobierno y establecer una línea divisoria ideológica entre su proyecto y lo que existe actualmente.
Cuando Sebastián Piñera dejó La Moneda el 11 de marzo de 2014, todo su plan para crear una fundación que protegiera su legado y generara políticas públicas ya estaba armado por su entorno más cercano. Un mes después de dejar el Palacio tuvo su primera reunión de directorio, donde participaron algunas de las principales figuras de su administración y, luego, empezaron con el trabajo propuesto.
El mensaje de Avanza Chile era claro: defender lo hecho por Piñera en sus cuatro años sentado en La Moneda, ante una poderosa Michelle Bachelet que había ganado las elecciones con un amplio margen y frente a una derecha desordenada que había pasado por al menos tres abanderados presidenciales, con resultados derechamente malos.
Ante el avance del ambicioso plan de reformas de Bachelet, el piñerismo puso ojo sobre cada uno de los cambios y advirtió lo que a su juicio podría terminar en catástrofe, “un mal camino” que se encargaron de hacer ver en cada una de las intervenciones públicas. Una forma también de aplanar un eventual retorno de la derecha al poder, fuese con el ex presidente o con alguna otra figura, que nunca pudo despegar en los primeros años del bacheletismo.
8 de julio de 2014
“Las reformas van en contra de la filosofía de la libertad”.
27 de diciembre de 2014
“Chile no va por buen camino y 2014 ha sido un mal año para el país. Vemos un frenazo brutal de la economía. Este gobierno no asume su responsabilidad, sino que culpa a la economía internacional. Eso es intentar tapar el sol con un dedo. No es correcto”.
La Reforma Tributaria fue la primera en la ofensiva. En distintas entrevistas -en Chile y fuera del país-, Piñera se encargó de detallar los errores que estaba cometiendo el entonces ministro de Hacienda Alberto Arenas. Sin embargo, el ánimo transformador del gobierno y el control de la agenda estaban del lado de la Mandataria, incluso con un apoyo relativo en las encuestas pero positivo en un contexto de desprestigio de la política.
Piñera continuó con una nutrida agenda internacional donde analizaba el escenario local, al mismo tiempo que Chile Vamos buscaba rearmarse, en medio de las renuncias a partidos políticos del sector y el surgimiento de otros que tenían el objetivo de oxigenar a la derecha. Al mismo tiempo, el senador Manuel José Ossandón se perfilaba como el mejor evaluado de Chile Vamos en la encuesta del Centro de Estudios Públicos.
Sin embargo, el reformismo bacheletista fue duramente golpeado por el caso Caval en febrero de 2015. Desde ese día, la popularidad de la Mandataria, del Gobierno y del escaso apoyo que tenía la Nueva Mayoría se diluyó a mínimos históricos, dando una oportunidad única al piñerismo para resurgir e instalar el mensaje de que tiempos mejores estaban por llegar.
Lo que no fue calculado es cuánto iban a golpear los casos de financiamiento ilegal de la política iban a golpear transversalmente al mundo político, profundizando el desprestigio y haciendo surgir como alternativa a personajes alejados de la política, otros de la televisión, como Alejandro Guillier, y los que afirmaban no tener pelos en la lengua para decir “la verdad”, como Ossandón.
20 de junio de 2015
“Chile perdió norte, Chile va por mal camino, Chile era un país que estaba progresando y da la impresión que en un momento se paralizó (…). No hay nada más peligroso para un país presidencialista que la Presidenta y el Gobierno estén confundidos y paralizados”.
25 de junio de 2015
“Nos está conduciendo por el camino equivocado (…). Tenemos dos opciones. Una, insistir con porfía en el camino equivocado; dos, abrir los ojos, escuchar a la gente, corregir el rumbo y reencontrarnos con el buen camino”.
8 de septiembre de 2015
“El gobierno de la Nueva Mayoría leyó mal el diagnóstico, creyó que la ciudadanía quería desmantelar el modelo con una retroexcavadora y partir prácticamente de cero, abandonando un modelo que nos había permitido tantos éxitos y logros durante los últimos 30 años”.
8 de septiembre de 2015
“Nunca tan pocos han causado tanto daño a tanta gente en tan poco tiempo. El Gobierno debiera hacer un profundo cambio en la ruta”.
13 de noviembre de 2015
“Estamos enfrentando un muy mal Gobierno (…). El robo con intimidación, el asalto, el portonazo en varias comunas lo ha hecho en más de un 50%”. (Chadwick)
Las encuestas más conocidas -CEP, Cadem y Mori- encumbraban a Piñera como la mejor opción de la derecha para regresar al poder, aunque en distintas entrevistas rechazaba la idea. “No está hoy día en mis planes”, dijo a El País en marzo de 2016. Tres meses después, inició una gira nacional que, entre otras cosas, buscaba apoyar a los candidatos que irían a las municipales y rearmar las bases de apoyo para una eventual postulación.
El sondeo de la CEP de julio-agosto de 2016 encendió la carrera presidencial, ante un gobierno que se pensaba ya terminado y sin apoyos. Alejandro Guillier era levantado por sectores más de izquierda de la Nueva Mayoría como la mejor alternativa para disputar una elección que se pensaba ganada, que era imposible de remontar con el nivel de críticas y pesimismo instalado en el oficialismo. Una campaña del terror estaba instalada.
La Reforma Educacional avanzaba con dificultades, con fuego amigo desde oficialismo y desde el naciente Frente Amplio. No estaban los votos, se rechazaban los cambios y seguía cuestionándose la gratuidad en la educación superior. Al mismo tiempo, el caso Exalmar volvía a golpear a Piñera, por los supuestos negocios que habrían realizado sus empresas en el mar peruano mientras era Presidente de Chile y había una demanda en disputa ante La Haya.
29 de marzo de 2016
“Me parece un tremendo error (las reformas) y los resultados de dos años están a la vista. (…). Cuando terminó el gobierno que yo presidí, cuatro de cada cinco chilenos pensaban que Chile iba por buen camino, hoy cuatro de cada cinco creen que va por mal camino”.
25 de abril de 2016
“Estamos mucho peor en abril del 2016 que abril del 2010 (…). Estas transformaciones profundas son un retroceso más que un avance”.
29 de junio de 2016
“Si los resultados son malos, si la gente no está contenta con el rumbo del país, ¿por qué el Gobierno insiste en un rumbo equivocado? (…) Espero que Chile despierte de esta mediocridad, letargo, que tome el ejemplo de la Selección Nacional y gane”.
14 de julio de 2016
“El Gobierno insiste con porfía en el rumbo equivocado y el que paga ‘el pato’ son todos los chilenos y muy especialmente la clase media”.
30 de noviembre de 2016
“Hay un diagnóstico y una ideología equivocada (…). El actual gobierno está conduciendo a Chile por un camino equivocado”.
A comienzos de 2017 y mientras estaba de vacaciones, según contaban en el entorno de Piñera, se definió formalmente su postulación nuevamente para llegar a La Moneda -la que sería anunciada el 21 de marzo-, pese a que su candidatura era prácticamente un hecho incluso dos años atrás en el oficialismo y en la oposición.
Aparecieron, entonces, las candidaturas de Felipe Kast -ofreciendo una derecha liberal- y de Manuel José Ossandón -apostando por lo social- para participar en primarias, al mismo tiempo que José Antonio Kast -con una derecha extrema- se armaba tímidamente y sin mucha fe en su propio sector.
Los cuatro instalaron un debate programático de ideas de país, las que en el oficialismo eran prácticamente inexistente, en momentos en que trataban de ordenar la coalición, resentían las bajas de candidatos -como Ricardo Lagos Escobar-, el camino propio de la Democracia Cristiana y la junta de firmas para permitir al senador independiente -que rechazaba militar- que inscribiera su candidatura.
24 de enero de 2017
“Mal que el gobierno no autorice participación alcaldes de comunas más afectadas de la VI Región, en reunión de análisis por la situación de los incendios, por no ser de la Nueva Mayoría”.
18 de junio de 2017
“Hoy en Chile tenemos un muy mal Gobierno, pero un gran país, por eso lo que hay que hacer es reemplazar este mal Gobierno y recuperar nuestro gran país“.
19 de octubre de 2017
“Siento que el vuelo de la República, ha perdido fuerza, altura y velocidad. Hubo un mal plan de vuelo, una ideología equivocada, un diagnóstico equivocado, pensando que había que pasar una retroexcavadora”.
Con todo, Piñera y su bloque estaban seguros del triunfo. Algunos analistas afirmaban que se produciría una dinámica similar al regreso triunfal de Michelle Bachelet desde Nueva York con un programa de reformas; el candidato de Chile Vamos proponía sacar al país del hoyo en que lo había dejado los cambios profundos de la Nueva Mayoría, advertían en ese sector.
Incluso, los cálculos que se hacían eran similares a los que obtuvo Bachelet en la primera vuelta de 2013 cuando obtuvo un 46,67% de los votos y un 62,16% en el balotaje. Pero la realidad fue distinta: el 19 de noviembre, Piñera sacó un 36% de los votos, lo que puso nervioso a su equipo y los colocó por primera vez en el escenario de una derrota, si la izquierda lograba unirse para impedir su triunfo.
Pero eso no ocurrió o, al menos, no fue suficiente. Piñera superó 54% de los votos, lejos de las proyecciones -incluso las de La Moneda- que hablaban de un triunfo estrecho de Guillier. Muy a pesar del Gobierno de Bachelet, el mensaje crítico contra el oficialismo, el torpedeo a las reformas y el disparo a sus banderas de lucha permitió que la derecha regresa a la primera magistratura del país.