La otra querella que complicó a Carlos Carmona: lo denunciaron por acoso laboral en el TC
Entre 2015 y 2017, Paola Molina presentó una acción judicial por el trato que recibió mientras trabajó en el organismo.
A la denuncia realizada por Sofía Brito en contra del ex presidente del Tribunal Constitucional (TC), Carlos Carmona, este martes se dio a conocer una nueva acción judicial contra el abogado.
Fue en radio Universo hasta donde llegó la ex relatora del TC, Paola Molina, quien, según una tutela laboral, entre 2012 y 2015 fue víctima de acoso.
La acción judicial fue ingresada al Primer Juzgado Laboral de Santiago el 31 de diciembre de 2015, donde consigna que “ha habido una vulneración flagrante de mis derechos fundamentales a la integridad física y síquica, a la no discriminación arbitraria, afectándose mi dignidad como persona y profesional”.
La causa se tramitó durante un año y se cerró después de que el TC pagara alrededor de $14 millones a la denunciante, y ésta firmara un desistimiento y una cláusula de confidencialidad.
“Quiero que mi historia se conozca por la injusticia que viví. Es David contra Goliat. He pagado un precio muy alto por todo esto y en silencio, pues desde esa fecha que no he logrado quedar en ningún cargo a los que he postulado, pese a tener muchas veces la calificación más alta de las ternas”, declaró Molina.
El líbelo, según consignó Emol, detalla lo ocurrido con la mujer tras sus licencias médicas, la primera por depresión el 2012, producto del hostigamiento que dice haber sufrido. “De hecho en las mañanas, cuando iba acercándome al TC comenzaba a llorar, manifestando un gran desánimo y pesar, debido al clima laboral”, señaló.
Precisamente respecto a Carmona, Molina aseguró que tras reintegrarse al trabajo por sufrir la pérdida de un embarazo de pocas semanas, en septiembre de 2014, se presentó ante “el recientemente asumido nuevo presidente del Tribunal, señor Carlos Carmona, quien al intentar explicarle el motivo de mi licencia no quiso escucharme“, y que al día siguiente, se le asignaron dos causas, una de ellas la del Tsunami, “de evidente complejidad”.
El clima laboral en el organismo era más bien “hostil”, por lo que Paola tomó la determinación de consultar con una psiquiatra, quien terminó entregándole una licencia de 15 días. Pero aún así, nada mejoraba e incluso ella fue acusada de malos tratos. Un mes después de aquella licencia, en octubre de 2015, le diagnosticaron depresión.
Finalmente le escribió a Carmona “exponiéndole los motivos de mis licencias, acompañando los antecedentes de respaldo, con la intención de que atendiera la situación que estaba viviendo, no recibiendo ningún comentario ni respuesta”.
Posteriormente negoció con él y con otros funcionarios su salida del TC, quienes le propusieron firmar un finiquito que ella rechazó, enterándose más tarde que el pleno ya había aceptado su renuncia.
“El TC ha lesionado mis derechos fundamentales a la vida e integridad física y psíquica“, concluye la demanda que solicitaba disculpas públicas, una carta de recomendación para postular a cargos en el Poder Judicial y $ 200 millones como reparación.
Sin embargo, la causa terminó el 17 de enero de 2017, cuando Molina se desistió de la demanda. Días antes, en una notaría, se firmó el acuerdo con donde accedía al pago de los 14 millones y a desistirse. Eso, sumado a una cláusula de confidencialidad indefinida que impide conocer los hechos que rodearon y motivaron la transacción.