“Curas de a pie”: el perfil de los reemplazantes interinos de Juan Barros y Gonzalo Duarte
El perfil de los administradores es completamente distinto a sus antecesores, con un rol social marcando sus carreras eclesiásticas.
El providencial Ricardo Morales, y los obispos Jorge Concha y Pedro Mario Ossandón fueron nombrados por el Papa Francisco como “administradores apostólicos” de las diócesis de Puerto Montt, Osorno y Valparaíso en reemplazo de Cristián Caro, Juan Barros y Gonzalo Duarte, respectivamente, los primeros obispos por ser destituidos tras presentar su renuncia.
En el caso de los obispos, estos tendrán la difícil misión de reencantar a los fieles en diócesis sacudidas por los escándalos de abuso sexual. Mientras Barros fue sindicado como uno de los encubridores de Fernando Karadima, Gonzalo Duarte frente acusaciones de abuso de poder y sexual en su contra.
El perfil de los administradores es completamente distinto a sus antecesores. Monseñor Jorge Concha Cayuqueo, primer sacerdote de origen mapuche en ser investido como obispo, tiene 60 años y entre sus labores fue vicario parroquial es las parroquias Patronato de San Antonio de Padua y San Francisco de La Cisterna, en la arquidiócesis de Santiago.
“El obispo Concha es un hombre que viene desde los franciscanos, más bien tímido, pero muy cercano a la gente. Tiene la capacidad de ponerse en el lugar del otro“, destacó a El Dínamo Marcial Sánchez, doctor en historia experto en iglesia católica.
Sánchez recalcó que al interior de la orden franciscana, Concha es uno de los más escuchados y respetados por sus decisiones: “la administración que asume ahora, creo que es la mejor persona de las posibles que habían por su capacidad de escucha y toma de decisiones”.
Según el académico, su principal desafío será restablecer las confianzas, un proceso que, de acuerdo a Sánchez, “ya comenzó”, recalcando que “tiene que haber un reencuentro de todos debido a que habían posturas distintas en cuanto a la situación de la diócesis”.
El otro que tomará relevancia en este proceso es Monseñor Pedro Mario Ossandón, ex Vicario Parroquial y Párroco en la parroquia San Gregorio, en La Granja, párroco en la Santa Cruz de Mayo, en La Florida, y Vicario Parroquial de San Cayetano, en La Legua.
“Antes de acceder a ser obispo auxiliar de Santiago, era un persona muy cercana a la gente, trabajaba directamente en poblaciones. Es un cura de a pie, un cura de alma, un hombre bueno de adentro. Lamentablemente, cuando llega al Arzobispado de Santiago se va desperfilando en su posibilidad de hacer cosas al estar bajo el alero de Ricardo Ezzati”, indicó el experto.
Al igual que Concha, deberá restablecer confianzas, así como enfrentar las denuncias en la diócesis. “Va a tener que hacerse cargo de las denuncias respecto a Duarte. Deberá tener que actuar con proactividad y claridad buscando la verdad”, concluyó.