
Durante la madrugada de este lunes, el Papa Francisco aceptó la renuncia del obispo Juan Barros de la diócesis de Osorno, lo que ocurre a 21 días de que los 34 obispos de la Conferencia Episcopal chilena pusieran sus cargos a disposición.
Barros fue uno de los primeros en ser destituidos, a lo que –a través de una carta– el sacerdote agradeció “a todos quienes con fe me recibieron, me acompañaron generosamente, trabajaron con amor por su Iglesia”.
“Agradezco a muchas personas y comunidades que han rezado y también ofrecido sus dolores conmigo en este tiempo, en la esperanza de que Dios dispone todas las cosas para bien de los que lo aman. A los más pobres y quienes más sufren les envío un especial abrazo, pidiéndoles que no dejen de orar por mí”, expresó.
Concluyó con un “les pido con humildad que me disculpen por mis limitaciones y lo que no pude lograr. El Padre misericordioso del cielo nos ayude a todos para mejorar, para amar en todo. Nuestras vidas están en las manos de Dios que conoce nuestras conciencias y las acciones de cada uno en este complejo tiempo que nos tocó vivir”.