Obispos Goic y Valenzuela luego que el Papa aceptara sus renuncias: “Son días de prueba”

Esta mañana, la Nunciatura Apostólica de Chile informó que el Papa Francisco aceptó la renuncia de los obispos de Rancagua, Alejandro Goic, y de Talca, Horacio Valenzuela, en medio de las investigaciones por abuso que remecen a la Iglesia Católica de nuestro país.

Horas más tarde, y ahora ambos en su calidad de obispos eméritos, se refirieron a esta situación. Goic realizó una conferencia de prensa donde indicó que “a la hora de la despedida quiero abrir mi corazón al pueblo de Dios, que constituye esta querida diócesis. Ustedes saben que he preocupado siempre de dar testimonio de aquello que expresa mi lema episcopal: ‘Cristo es mi vida’. He buscado configurarme con él en cada palabra que pronuncio, en cada encuentro, en cada decisión y en cada paso que he dado”.

“Por eso es que las dolorosas circunstancias que vive la iglesia diocesana, le imprimen un sabor amargo a este momento, un momento que siempre había esperado poder asumir con la humildad de quien se va a colaborar desde un servicio sencillo mientras la salud lo permita, pero lamentablemente no es así”, añadió.

En ese sentido, manifestó que “nunca he eludido los desafíos que se me han propuesto, tampoco las responsabilidades. Mi deber hoy es cooperar con todo aquello que el administrador requiera”.

Al concluir, agradeció a los feligreses y reflexionó: “Yo me pregunto cada día si pese a las denuncias que dieron origen a los procesos canónicos que terminaron con duras sanciones contra los responsables y en mi condición de testigo de estos tristes acontecimientos que tienen en crisis a la Iglesia, si pude hacer más, si debí hacer más, qué me faltó para entregarme mejor al servicio de todos estos hermanos víctimas sufrientes de todo estos periodos de nuestra historia”.

En tanto, Horacio Valenzuela, quien fuera discípulo de Fernando Karadima, publicó una carta donde sostuvo que “el Santo Padre ha aceptado la renuncia que le presenté, junto con todos los hermanos obispos en el mes de mayo recién pasado”.

“Las heridas que de una u otra manera, con palabras, obras y omisiones hemos provocado al cuerpo de Cristo, que es la Iglesia, la han debilitado. No pocos reciben con perplejidad las noticias que día a día muestran un dolor nuevo. Son días de prueba donde, como santo pueblo de Dios, necesitamos orar más intensamente y comprometernos a colaborar cuidando la unidad“, indicó.

Seguido a eso, expresó que “quisiera sincera y humildemente pedirles que me puedan perdonar tantas deficiencias y limitaciones que el señor conoce.”

“Le pido también perdón a quienes causé algún sufrimiento y no traté bien; a quienes presté poca atención y no les di un buen testimonio de Cristo y su evangelio; por todo lo que no concluí, por lo que no hice o hice mal, les pido perdón y comprensión“, concluyó.