
“En las minas los pulmones son herramientas de explotación y, en el caso de las mujeres, el sexo es una herramienta de dominación”, explica la directora (s) del Departamento de Literatura de la Facultad de Filosofía de la Universidad de Chile, Kemy Oyarzún. La académica es una de las panelistas invitadas al exponer este miércoles y viernes –a las 14.00– en Marx y el feminismo: ¿un diálogo posible?, una de las 13 ponencias del seminario internacional Marx Habitante de 3 Siglos que se realizará esta semana en la Usach. Ella estará en la mesa que abordará el feminismo desde la perspectiva del filósofo alemán celebrado en los 200 años de su natalicio. Cita en pleno siglo XXI –que ya tiene casi todos sus cupos agotados– y que promete levantar controversia y entretenidas opiniones cruzadas.
Esta profesora adelanta a Mujer Dínamo que las “feministas materialistas” o marxistas utilizan esta corriente de pensamiento como una herramienta, no como ideas envasadas ni en grandes consignas. Lo hacen para entender qué ocurre cuando el sexo se convierte en una herramienta de dominación.
Esta vinculación de conceptos se ha ido construyendo en siglos de feminismo ya que, en un principio, las feministas críticas alegaban que a Marx sólo le interesaban las mujeres en su rol de trabajadoras.
Esta doctora en Filosofía de la Universidad de California explica que el desarrollo del feminismo se fundamenta en los conceptos de precariedad y alienación, cruciales en los manuscritos de Karl Marx de 1844. Por ejemplo, la diferenciación entre la naturaleza y sociedad humana. “En considerar que al nacer mujeres u hombres tenemos un sistema sexo- género jerárquico, que subordina a unos bajo otros”.
Marx plantea, además, que para la reproducción del capital (plusvalía) y la producción de objetos, el sistema necesita permanentemente abaratar el trabajo humano y dividir entre lo privado y lo público, lo doméstico y lo social. “Es en la categoría del trabajo donde se ubica a la mujer, con una labor invisible, no pagada, a cargo de la crianza y el cuidado de mayores y enfermos, además del cuidado del hombre trabajador, atendiéndolo. La mujer se convierte en una trabajadora sin salario, una esclava que el trabajador necesita para aportar al capital”, precisa la profesora de la Universidad de Chile.
¿Qué pasa hoy? La experta señala que vivimos en una sociedad globalizada y neoliberal, en una inflexión del capital que nos quitó las condiciones mínimas de salud, educación y vivienda, derechos de los primeros 30 años del siglo XX. Esto afecta particularmente a las mujeres, que se incorporan al mercado laboral sin esas condiciones mínimas de protección y, a la vez, cumplen tres o cuatro jornadas de trabajo porque siguen siendo ellas las que se encargan de cuidar a los niños, enfermos y viejos.
“Entonces, ¿por qué las feministas crecemos? Porque estamos saliendo de la esclavitud del hogar para ingresar a un mundo extremadamente precario en términos laborales y sin ningún apoyo en derechos básicos”, concluye Kemy.
Seminario: Marx Habitante de 3 Siglos (Facultad de Administración y Economía y Magíster en Filosofía Política de la Facultad de Humanidades de la Usach)
Dónde: Casa Central Usach. Metro Estación Central.
Cuándo: Miércoles 5 a viernes 7.
Inscripciones e información de ponencias: www.marxusach.cl
Teléfono: +569 7 206 9853