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Actualizado el 23 de Julio de 2020

Los cuatro casos contra Martín Pradenas que fueron desestimados por la justicia

En la instancia, el fiscal de La Araucanía, Miguel Rojas detalló las cinco denuncias que pesaban en contra del acusado.

Por Brenda Martínez
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Un serie de hechos marcaron la formalización de Martín Pradenas, el hombre de 28 años acusado de la violación que habría motivado el suicidio de Antonia Barra.

Pradenas no sólo estaba siendo formalizado por el caso de Antonia, ya que tras la muerte de ésta, otras jóvenes se atrevieron a denunciar supuestos abusos y violaciones cometidos por el imputado. Es así como se investigaron las denuncias de 5 víctimas.

Sin embargo, en medio de la primera jornada de formalización, la defensa de Pradenas solicitó el sobreseimiento de dos de los casos, argumentando que éstos ya estaban prescritos, lo que fue acogido por el tribunal, debido al tiempo que había transcurrido desde la comisión del delito.

De acuerdo a lo expuesto por el fiscal Miguel Rojas, estos hechos habrían ocurrido entre 2010 y 2014, cuando las víctimas tenían 16 y 19 años, respectivamente.

Compañera de liceo

En el caso del 2010, la víctima era una joven que estudiaba junto a Pradenas en el Liceo Camilo Henríquez, contexto en el que se pusieron de acuerdo para estudiar.  Martín le indicó que fuera su casa, ya que eran vecinos.

La joven, identificada como Paulina, llegó hasta la vivienda de Pradenas y esperó en el living hasta que éste la llamó desde una de las habitaciones y la atacó sexualmente.

“Martín Pradenas procedió por medio de la fuerza a ejecutar actos de significación sexual y de relevancia en perjuicio de la víctima (…) empujándola fuertemente sobre una cama, subiéndose encima de ella y efectuando tocamientos en la zona de los pechos y en su zona vulvar por sobre su ropa”, sostiene Rojas.

La víctima afirma que no contó nada sobre la situación ya que tenía temor de que no creyeran. En su declaración asegura que quedó en shock, porque hasta ese momento no había tenido una experiencia sexual, por lo que quedó inmóvil.

Paulina relató que intentaba zafarse sacando las manos de Pradenas, pero éste insistía en tocarla. Justo en ese momento, el agresor recibió una llamada de su madre, quien le avisaba que iba en camino a la casa, por lo que exclama que “había que hacerla corta”. La joven aprovechó el descuido de Pradenas para huir del lugar.

“Estos antecedentes nos permiten sostener el hecho que afectó a Paulina, también existen antecedentes para dar cuenta de de la participación criminal de Pradenas”, quien negó todo el expuesto por la afectada, asegurando que la joven nunca fue a su casa.

Asco y miedo menor

El primer caso que fue cuestionado fue el que tuvo lugar entre diciembre de 2012 y enero de 2013, cuando Martín tenía 20 años y la denunciante 13.

La joven, identificada como Catalina,  contó que el abuso ocurrió cuando -junto con una amiga- asistió a la casa de Martín Pradenas, quien también se encontraba con un amigo.

En un momento la joven le pidió a Pradenas que le indicara donde estaba el baño, y éste se ofrece a llevarla. Sin embargo, la  conduce hasta un dormitorio, donde lo primero que hace es reírse para posteriormente empujarla hacía la cama, se lanza encima de ella y comienza a besarla en la boca.

La afectada cuenta que el imputado le sacó la polera y los sostenes a la fuerza para después tocarla. La víctima aprovechó el momento en el que Pradenas se estaba desabrochando el pantalón para escabullirse y huir del lugar junto a su amiga.

“Ella señala que no sabía cómo frenarlo, porque no quería. Nunca había pasado por una experiencia similar (…) la víctima aseguró que sentía asco y que tenía miedo”, cuenta el fiscal Rojas.

Semana santa

El segundo caso prescrito corresponde a los hechos ocurridos en abril de 2014, en medio de una fiesta realizada en los días de celebración de Semana Santa.

El hombre de 28 años habría abusado sexualmente de una joven -identificada como Valentina-que se encontraba en estado de ebriedad y durmiendo en medio de la celebración.

El Ministerio Público detalló que la “joven se encontraba incapacitada para defenderse”, momento aprovechado por el imputado para ejecutar actos de connotación sexual en contra de la víctima.

Pradenas la habría besado en la boca, y manteniendo la conducta del otro hecho denunciado, realizó “tocamientos en la zona de los senos y la vagina por debajo de la ropa”.

De acuerdo a su relato, la joven se fue a acostar a la pieza de su amiga Carolina, la dueña de casa, tras una extensa noche de celebración. En ese momento, Martín se acostó al lado de la víctima y comenzó a abusar de ella.

“Valentina intentaba impedir la situación, pero no podía por el estado en el que se encontraba. Hasta que alguien entró a la habitación y encendió la luz”, explica el fiscal del caso. Asimismo, señala que en sólo en ese instante la joven logra reconocer a Martín, quien se trató de esconder bajo la cama.

La víctima relató al Ministerio Público que tras el ataque, sólo fue capaz de contarle del hecho a una amiga. La situación la mantuvo por días bajo una inestabilidad emocional.

Recuerdos nublados

El otro caso que el Juzgado de Garantía de Temuco decidió desestimar data del 2018 en una celebración de cumpleaños de uno de los mejores amigos de Pradenas.

La víctima, identificada como Francisca,  contó que consumió alcohol durante esa noche y que no tiene muchos recuerdos de aquella noche, pero que recuerda haber tenido relaciones sexuales con el imputado.

“Ella le decía que le dolía, pero él la tenía fuertemente agarrada de las manos”, relata el persecutor.

Al día siguiente y tras llegar a su casa, la joven se sentía adolorida en sus genitales, tenía un moretón en la muñeca y rasguños en la espalda.

Una de sus amigas le comentó a Francisca que había sido descubierta por la dueña de casa teniendo relaciones sexuales con el acusado al interior de una bodega. Sin embargo, la joven no recordaba nada, por lo que le pidió a su amiga que la acompañara a solicitar la “pastilla del día después.”

En el recinto asistencial, la joven fue consultada respecto a si había mantenido relaciones con consentimiento. Ante la interrogante de la afectada sobre si el hecho constituía una violación, la matrona le explicó que dependía de su criterio.

Tras esto, Francisca buscó a por medio de redes sociales a su agresor, y se percató que se trataba de Pradenas, quien durante ese tiempo era pololo de una de sus vecinas.

La víctima relató que quedó profundamente afectada por esta situación, ya que constantemente veía al acusado pasearse por el sector para visitar a su vecina. De acuerdo al relato de su madre, la joven evitaba encontrarse con Pradenas e incluso se escondía detrás de los autos cuando lo veía en la calle.

Descartan el primer abuso

El juez Federico Gutiérrez descartó el hecho sindicado como el primer abuso sexual contra Antonia Barra, captados por las cámaras de seguridad de un supermercado de Pucón, donde se ve que la joven intenta evitar ser llevada al estacionamiento.

Una de las trabajadoras del recinto se percató en las imágenes de la cámara de seguridad que la joven se resistía a mantener relaciones sexuales en el lugar, por lo que junto a otro trabajador decidieron ir a golpear el portón para que la pareja se marchara.

“No es posible para el tribunal inferir privación de los sentidos, incapacidad de oposición que atribuye la Fiscalía a Antonia Barra, tampoco algún tocamiento no consentido, por lo cual se estimará no justificada la existencia del delito de abuso sexual”, concluyó Gutiérrez, desestimando este hecho.

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