La historia de la emblemática destilería de la Universidad de Chile

Los terrenos de Rinconada de Maipú albergan a la Estación Experimental Germán Greve Silva, también conocida como la Hacienda Universidad de Chile, en referencia al enorme edificio de estilo colonial que da la bienvenida a este lugar.

Es allí, entre sus tres mil hectáreas de superficie, que se encuentra un edificio amarillo atrapado en el tiempo. Se trata de la destilería Quinta Normal, un recinto de enorme tradición y trayectoria en la producción de licores varios, que van desde brandy (de 5, 10 y 20 años), aguardiente tipo pisco, guindado, ron, orañac, nogado, entre otras bebidas.

De acuerdo a Kevin Báez, administrador de la destilería, la instalación todavía produce aunque a una escala menor. De hecho, durante el mes de diciembre del año pasado, la unidad generó dos mil cien litros de alcohol neutro para la elaboración de licores dulces, principal especialidad de la destilería, productos que en su mayoría son vendidos a funcionarios, académicos, estudiantes y egresados de la Universidad de Chile, a través del contacto con la Facultad de Ciencias Agronómicas.

Debido a que este simbólico recinto aún sigue siendo desconocido para muchos bebedores santiaguinos, se casa de estudios está haciendo esfuerzos para revitalizar el interés por el lugar como un espacio histórico e identitario.

“Lo ideal es empezar con el tiempo a mostrar un poco más lo de la bodega, porque aquí hay mucha historia que está tristemente escondida. Lo ideal en un futuro es hacer más visitas guiadas para que puedan conocer todo lo que tenemos acá porque es precioso”, señala Valentina Soto, administradora de la Estación Experimental.

180 años de destilación

Los orígenes de esta destilería empiezan en la comuna de Quinta Normal, en Santiago. En la primera mitad del siglo XIX, el Estado de Chile necesitaba formar profesionales agrícolas y para ello usaron lo que en ese entonces eran terrenos pertenecientes a los jesuitas con el fin de erigir la Escuela Práctica de Agricultura en 1842, el mismo año de la fundación de la Universidad de Chile.

Fue en ese recinto donde se estableció la destilería para formar especialistas en este oficio. Esta tarea pasó a manos de la Universidad de Chile el año 1927, cuando la Escuela Práctica de Agricultura es integrada al plantel universitario. A partir de entonces, la destilería vivió una serie de transformaciones tecnológicas y prácticas, entre las que se incluyeron los alambiques de cobre tipo Charentais, las barricas de roble francés y de madera de encina.

Sin embargo, el cambio más importante vino durante la rectoría de Ruy Barbosa, a finales de los 60’s, quien también fue profesor de enología y vinificación. En esta época, el recinto se trasladó desde la Quinta Normal a Rinconada de Maipú. Allí se apostó por el actual edificio de tres pisos y una amplia bodega, usada para la guarda y destilación de licores que van desde ostentosos brandys hasta los clásicos licores de fruta.

“Desde entonces, los procesos de producción no han cambiado mucho con el tiempo”, explicó Humberto Latín, funcionario y trabajador de la destilería de la Universidad de Chile desde 1978.

Todo comienza con la uva cosechada en la misma estación experimental, que se guarda en el recinto para luego, mediante un trabajo por gravedad, fermentarla. “Después de la fermentación en la misma estación, se esperan tres meses y ahí va al destilador. Se trabajaba por turnos las 24 horas”, detalló el histórico trabajador.

Gracias a un convenio entre la Facultad de Agronomía y Alumni Uchile, la destilería de la Universidad de Chile ofrece a partir de este año un descuento para todos los egresados y egresadas de la Universidad de Chile, beneficio con el cual se espera visibilizar aún más esta destilería que fue fundada prácticamente en paralelo a dicha casa de estudios.