El misterio que rodea el extraño asesinato a tiros del cabo Sergio Rosales en Bellavista
Un Honda rojo se le cruzó al auto del cabo Rosales y éste se fue contra un poste del alumbrado. Tras el impacto, explican los vecinos, el carabinero se bajó desarmado y se encontró de frente con tres extranjeros armados, uno de los cuales lo asesinó.
La esquina de Dardignac y Purísima fue el lugar donde le dispararon al cabo Sergio Rosales. AGENCIA UNO/ARCHIVO
“Fue un hombre negro. Se bajó con otros dos extranjeros de un auto rojo, y el carabinero también bajó de su auto. Entonces, el negro le dio un golpe en la cara y lo botó al suelo. Ahí le disparó tres o cuatro veces”.
El relato corresponde a un testigo del homicidio del cabo segundo de Carabineros, Sergio Ignacio Rosales Rosales, de 27 años, quien fue asesinado por desconocidos la madrugada del 13 de marzo en el Barrio Bellavista, en Recoleta.
A pesar de que la información oficial preliminar apuntaba a que el efectivo policial, quien se encontraba de franco, había sido víctima de un intento de encerrona, en la intersección de las avenidas Dardignac con Purísima, corazón del barrio Bellavista, las evidencias indican que se trató de un asesinato a sangre fría.
De hecho, el general Marcelo Lepín informó esa madrugada que quienes llamaron al 133 alertaban del robo de un vehículo. “Al llegar al lugar, carabineros encontraron un cuerpo que estaba con impactos balísticos, lo que hace presumir que efectivamente se trató de un intento de robo”, aseguró el general.
“Le disparó cuando estaba en el suelo casi a quemarropa”
No obstante, vecinos del lugar que vieron o escucharon el hecho esa madrugada, aseguran que el homicidio del cabo segundo Rosales, el tercer carabinero asesinado en un mes (los otros son la sargento Rita Olivares y el cabo Alex Salazar), fue como ver un drama de Netflix.
A las 04:25 de la mañana de ese lunes 13, relatan, un Honda rojo se le cruzó al JAC Sport blanco (el auto del uniformado), y éste se fue contra un poste del alumbrado público y lo quebró. Tras el impacto, explican los vecinos, el cabo Rosales se bajo desarmado y se encontró de frente con tres extranjeros armados, uno de los cuales lo asesinó. “Le disparó cuando estaba en el suelo casi a quemarropa”, relata un vecino.
Pero el incidente no terminó ahí. Tras la huida del auto rojo, un segundo vehículo llegó a la escena del crimen. De éste habría bajado un hombre de color que hurtó el celular del efectivo policial.
Luego, según relataron testigos a EL DINAMO, minutos después, un transeúnte, también afroamericano, llegó al lugar, abrió una de las puertas del auto del uniformado y robó la pistola personal del cabo desde la guantera del JAC color blanco.
Más de 400 días de licencia por problema derivado de estrés
El cabo segundo Rosales pertenecía a la Segunda Comisaría de Santiago, sin embargo, se encontraba con licencia médica hacía más de 400 días, aparentemente por un problema derivado de estrés.
Esa noche fue a Bellavista en el auto de su novia, Alejandra, a una celebración en la discoteca La Facultad. En el lugar habría compartido con amigos que no veía hace tiempo.
Al salir, cerca de las 04:15 horas, mientras caminaba hacia su auto tuvo un roce con intercambio de garabatos con cuatro extranjeros, que los testigos identifican cómo de color y con acento colombiano.
Un hombre que trabaja de noche por el sector comenta que el carabinero subió a su auto y lo siguieron en otro “unos dealer”.
Una versión indica que al llegar a Purísima con Dardignac, el cabo intentó perderlos y entrar contra el tránsito por esta última calle. Otros señalan que solo fue una mala maniobra para escapar del otro auto.
Fuentes cercanas a la investigación aseveran que los delincuentes le dispararon a corta distancia tres veces a Rosales. Uno de los tiros fue en el tórax.
