¿Por qué últimamente los billetes de “luca” se están haciendo más escasos?
El Banco Central está al tanto del fenómeno con los $1.000 y trabaja para contrarrestarlo.
La ciudadanía y el Banco Central han constatado la baja en la circulación de los billetes de mil pesos. AGENCIA UNO/REFERENCIAL
El uso de billetes en Chile pasó de una drástica caída por la pandemia del COVID-19 a una recuperación importante durante el año pasado. La expansión del coronavirus en el país durante 2020 y 2021 “congeló” las operaciones con efectivo, mientras las tarjetas de crédito y débito, al igual que las transferencias electrónicas, pasaron a ser el principal objeto de transacción mientras duraron los momentos más complejos de la emergencia sanitaria.
De acuerdo al último análisis presentado por el Banco Central (BC) en junio, tanto el fin de las cuarentenas como la normalización de atención en el comercio fueron factores esenciales para que comenzara a incrementarse una vez más el uso de los billetes y las monedas.
La Encuesta Nacional de Uso y Preferencias del Efectivo reveló que en 2022 el efectivo ocupó el segundo lugar en preferencias de pago entre los chilenos, con un 79%. El débito sigue siendo el favorito de la ciudadanía, sin embargo, el papel moneda sigue siendo importante.
A tal punto que en los últimos meses se ha visto un declive en la circulación de los billetes de menor valor, es decir, los de 1.000 pesos. Es lo más bajo en los últimos cuatro años según el BC. “La luca” ha tenido una disminución en su presencia y eso puede quedar demostrado en su ausencia de los cajeros automáticos, hecho que incomoda a comerciantes, por ejemplo.
¿Por qué la “luca” se está haciendo más escasa?
“Se usa mucho para los vueltos y algunos lo cuidan más tiempo en la billetera. Durante la pandemia salieron a circular muchos billetes, de todas las denominaciones. Ese gran volumen estuvo dando vuelta y desde hace un año se han estado retirando para reposición”, dijo Cecilia Feliú, gerenta tesorera del Banco Central, en radio Biobío.
Para el BC este fenómeno, además, se explica por la demora en ser repuestos. Como los billetes de $1.000 son más usuales y van de mano a mano, tienden a romperse o dañarse con más facilidad. El retiro ha ido más rápido que la reposición por lo que el órgano está trabajando en contrarrestar el fenómeno con la Comisión para el Mercado Financiero (CMF) y la Asociación de Bancos e Instituciones Financieras (Abif).
