Tras las acusaciones contra Valdivia y Monsalve: en qué va el proyecto “sin consentimiento es violación” propuesto por Vallejo y Cariola

En los últimos días, Jorge Valdivia y Manuel Monsalve han enfrentado sendas acusaciones de abuso sexual y violación, que hicieron que el ex seleccionado nacional quede en prisión preventiva y el militante PS renunciara como subsecretario del Interior, generando un verdadero terremoto político en La Moneda, que acrecienta los rumores de un cambio de gabinete.

Estos casos han puesto en el tapete el término “relación consensuada”, utilizado principalmente por la defensa del otrora volante de la Roja para descartar que cometió un ultraje, dejando en claro que las relaciones sexuales que mantuvo con su denunciante fueron con consentimiento.

Al respecto, la ministra de la Mujer y Equidad de Género, Antonia Orellana, precisó que “el consentimiento es libre”, pero “eso no quiere decir solamente que se puede entregar libremente, sino que también esté libre de distintos tipos de coacción, como las que pueden existir por ejemplo entre una persona que tiene mucho poder o una situación jerárquica laboral, distinta de la otra persona”.

“Primero el consentimiento es libre. En segundo lugar, el consentimiento es entusiasta. No me refiero a pompones, pero el consentimiento debe ser entusiasta en el sentido de que debe ser activo, afirmativo. Y, por último, quiero señalar que el consentimiento es específico. Es decir, no porque yo consienta ir a un lugar con alguien, quiere decir que consienta tener relaciones o que incluso si estoy teniendo relaciones también puedo retirar el consentimiento”, puntualizó la secretaria de Estado.

En esta línea, la penalista Francisca Millán, experta en casos vinculados a violencia de género, apuntó al consumo de alcohol como un elemento que puede afectar la toma de decisiones consensuadas y libres, lo que puede ser utilizado a su favor por los potenciales agresores.

“Cuando media un alto consumo de alcohol o una cantidad de alcohol que genera en esta persona un daño en su posibilidad sobre manifestar su voluntad de manera libre, espontánea, segura, etcétera, evidentemente se encuentra, en definitiva, en una situación aprovechada por quien comete el delito para poder pasar por sobre esa voluntad y cometer su fin sexual en este caso”, declaró a radio Cooperativa.

Millán lamentó que “hay muchos estereotipos, hay mucha falta de educación sexual, en que pareciera que se ponen sobre sospecha las denuncias de esta naturaleza solamente por el hecho de haber mediado alcohol, pero lo cierto es que también debemos avanzar en una cultura que normalice el consentimiento explícito, inequívoco y entusiasta como la única forma de entender por posible la constatación de una dinámica de carácter sexual”.

Sin consentimiento es violación y las críticas de abogadas feministas

En este ámbito es que en 2018, las diputadas Karol Cariola (PC), Camila Vallejo (PC) y Camila Rojas (FA) impulsaron el proyecto Sin consentimiento es violación, que pretende una modificación del artículo 361 Código Penal para que “el delito de violación se configure siempre que falte consentimiento. Aunque no concurra fuerza, privación de la razón, entre otras circunstancias”.

Junto con ello, establece que “el acceso carnal sin el consentimiento de la víctima, ya sea por vía vaginal, anal o bucal, constituye violación y será castigado con la pena de presidio mayor en su grado mínimo a medio (entre 5 años y un día y 15 años) y agrega que, la mera inacción o falta de resistencia de la víctima no constituye manifestación de consentimiento”.

En julio de 2019 fue despachado de la Cámara de Diputados al Senado, donde sigue actualmente en tramitación.

Sin embargo, esta propuesta enfrentó en su momento duros cuestionamientos por parte de un grupo de abogadas penalistas y criminólogas, entre las que destaca María Inés Horvitz, ex integrante del Consejo de Defensa del Estado y actual defensora de Manuel Monsalve.

En una carta enviada a El Mostrador en septiembre de 2022, Horvitz y otras 40 académicas de diversas universidades, enumeraron una serie de problemáticas que provocaría la legislación, a la cual tildaron de “punitivista”.

Uno de los principales reparos que exponen es el homologar, por ejemplo, el delito de violación con el de estupro – hasta ahora reservado para menores entre 14 y 18 años- reduciendo a las mujeres adultas como “agentes morales con autonomía en el ejercicio de su libertad sexual”.

Junto con ello, alertan que “si el consentimiento solo vale en contextos donde se considere que existe un completo plano de igualdad entre hombres y mujeres, bajo el contexto actual se haría imposible o extremadamente difícil que existiera algún caso de relación sexual no constitutiva de delito”.

“El proyecto también incluye una confusa cláusula que parece sugerir que la falta de consentimiento expreso podría dar lugar al delito de violación, en alguna de sus circunstancias. No queda claro si es un problema de técnica legislativa o si nuestros legisladores realmente creen que allí donde no haya manifestación expresa de voluntad, habrá siempre violación”, acusó María Inés Horvitz respecto a la propuesta que sigue durmiendo en el Senado.