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Emergencia ambiental: la carrera contra el tiempo para salvar el planeta en 2025

El año 2025 marca un punto crítico para la salud del planeta. Los efectos del cambio climático, la pérdida de biodiversidad, el aumento de la temperatura global y la contaminación nos enfrentan a una realidad que exige acción inmediata.

La comunidad científica ha alertado una y otra vez sobre la necesidad de frenar la degradación ambiental antes de que sea irreversible. Si bien la tarea es monumental, no estamos sin opciones. 

Aquí exploramos algunos de los caminos más urgentes para salvar nuestro planeta y asegurar un futuro sostenible para las próximas generaciones.

Uno de los símbolos más llamativos y que ha ganado relevancia en la discusión climática al mostrar de manera concreta cuál es el tiempo que nos queda para salvar el planeta es el Reloj Climático de Nueva York en Estados Unidos. Una instalación que muestra el tiempo estimado antes de alcanzar un aumento de 1.5°C en la temperatura global.

Este límite, establecido en el Acuerdo de París, sirve como referencia para impulsar acciones en sectores clave como energía, manufactura y transporte.

Hasta el cierre de esta nota, el Reloj Climático informaba que quedan cuatro años, 110 días y 20 horas como tiempo límite que tiene la humanidad para revertir el fenómeno del cambio climático. 

En ese contexto, y en conversación con EL DÍNAMO, expertos ambientales analizaron cómo los desafíos ambientales que enfrentamos no son solo un asunto local o regional, sino una preocupación global que afecta a todos los seres vivos en el planeta. 

Aumento y fluctuaciones en la temperatura global

La variabilidad en la temperatura global puede ocurrir en escalas temporales, desde meses hasta siglos, y pueden ser influenciados por factores naturales, como los ciclos solares, las erupciones volcánicas o las corrientes oceánicas, así como por actividades humanas, como la quema de combustibles fósiles, la deforestación y la emisión de gases de efecto invernadero.

En las últimas décadas, el aumento de la temperatura global ha sido extremadamente preocupante, dando paso al implacable calentamiento global.  

Expertos en el tema indican que este aumento en las temperaturas no ocurre de manera uniforme en todo el planeta, sino que varía según las regiones y las estaciones. 

En conversación con EL DÍNAMO,  Felipe Kong, académico de la Facultad de Educación de la Universidad Diego Portales y doctor en Educación Ambiental, explicó que “algunas áreas pueden experimentar un calentamiento más pronunciado como lo son los océanos o bosques, además de los sectores polares como la Antártica y el Ártico”. 

“En Chile, en tanto, tenemos los glaciares de los Andes, además de algunas zonas desérticas que son las más afectadas debido a las condiciones climáticas y al aumento de las temperaturas”, agregó Kong. 

En ese sentido, los efectos de esta variabilidad son amplios, catastróficos e incluyen el derretimiento de los polos, el aumento de eventos extremos, como olas de calor, sequías e inundaciones, y la modificación de los ecosistemas y la biodiversidad. 

“Chile, dada su condición geográfica, es altamente vulnerable al cambio climático, ya que se generan procesos naturales, como sequías prolongadas o la disminución del volumen de los hielos, lo que afecta directamente a la disponibilidad de agua dulce. También está el aumento de los incendios forestales, especialmente en la zona centro sur, donde existe una condición climática que hace que sea un sector mucho más seco, con temperaturas más altas, menor cantidad de precipitaciones y menor cantidad de cauces de agua, como ríos, glaciares o sistemas lacustres que van regulando las temperaturas”, agregó el académico de la UDP.

Manejo de residuos y modelo de economía circular

María Luisa Baltra, académica del Magíster en Derecho de los Recursos Naturales y Medio Ambiente de la Universidad Finis Terrae, indicó a EL DÍNAMO que la importancia de la economía circular, que incluye la gestión de residuos y el reciclaje, es una de las claves para maximizar el uso de los recursos y minimizar los residuos.

“La economía circular es uno de los mecanismos fundamentales para poder contribuir a la reducción de la contaminación y mantenernos dentro de estándares que permiten considerar que vivimos en un medio ambiente libre de contaminación”, explicó la experta. 

Sin embargo, para ver resultados concretos para el beneficio ambiental, “no solo en países emergentes tienen que tomar medidas. Todas las naciones deben contar con herramientas que permitan entender que el medio ambiente incluye todo, no solo la naturaleza, sino que también distintos elementos físicos, biológicos, sociales, culturales, químicos y, por supuesto, al ser humano”. 

Por su parte, Felipe Díaz Alvarado, del Departamento de Ingeniería Química, Biotecnología y Materiales de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile, aseguró a EL DÍNAMO que “el desafío más importante es salir del enfoque reactivo y volcarnos a un enfoque preventivo. Por supuesto, tenemos que hacer tratamiento de residuos, pero ¿por qué no diseñar sistemas que no los generen? Ese cambio de paradigma es el principal desafío en las economías emergentes, porque el enfoque tradicional es producir todo lo rápido que se pueda y luego preocuparnos de los impactos”.

La dificultad en el cambio de paradigma está en que la industria, el Estado y las personas nos acostumbramos a pensar que este cambio de enfoque es más caro. Se da por sentado, pero no se evalúa. Debido a ello, entonces no nos atrevemos a evaluar soluciones que no hemos visto antes, invertir tiempo y recursos en imaginar otras soluciones que van más allá de lo que nos obliga la ley. Ese estilo existe en el mundo, aunque efectivamente es menos común”, alertó el académico de la Universidad de Chile. 

Jorge Leiva, jefe de carrera de Ingeniería Civil en Medio Ambiente y Sustentabilidad de la Universidad Bernardo O’Higgins (UBO), indicó a EL DÍNAMO, que la crisis global de residuos avanza a un ritmo alarmante con más de 2.000 millones de toneladas de basura generadas anualmente, según el World Economic Forum, y proyecciones del Banco Mundial y la ONU que prevén un aumento del 56 % para 2050, alcanzando los 3.800 millones de toneladas.

Asimismo, el académico explicó que los residuos orgánicos en vertederos producen metano, responsable del 20% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero.

“La quema y acumulación de desechos perpetúan la contaminación, y solo alrededor del 9% de los plásticos producidos han sido reciclados. Además, el manejo de residuos supone un costo creciente para los gobiernos, desviando recursos de otras necesidades sociales para enfrentar esta crisis”, añadió Leiva.

La importancia de la protección de la biodiversidad y los recursos naturales

La biodiversidad se refiere a la variedad de seres vivos en la Tierra, incluyendo especies animales, vegetales, microorganismos y los ecosistemas en los que habitan. En tanto, los recursos naturales son aquellos que obtenemos de la naturaleza, como el agua, el aire, los suelos, los bosques, los minerales y la energía renovable.

Según explica Baltra, académica del Magíster en Derecho de los Recursos Naturales y Medio Ambiente de la Finis Terrae, “si bien es cierto que se debe conservar la biodiversidad y los recursos naturales, estos también son necesarios para combatir el cambio climático y la contaminación”.

“Es un error querer evitar el uso de recursos naturales cuando a veces requerimos de aquellos para mejorar y combatir la contaminación. Así sucede con la explotación de cobre y litio que permiten la electromovilidad como alternativa frente a otros tipos de uso energético más contaminantes”, aclaró la experta. 

“El punto está en buscar los mecanismos de equilibrio entre el uso de los recursos naturales que permitan avanzar, pero que el uso sea sostenible en el tiempo, de manera de garantizar que las futuras generaciones contarán con recursos. La clave está en efectuar un aprovechamiento sostenible de los recursos y dentro de esto cobra importancia el reciclaje y la reutilización de bienes”, concluyó la experta.