
Congestión vehicular: un pecado capital
Al parecer nuestras ciudades capitales estarían, en su mayoría, condenadas a seguir experimentando un empeoramiento evidente en los tiempos de desplazamiento y el perjuicio evidente en la calidad de vida. En el caso de Santiago, esto supera las horas punta a las que estábamos acostumbrados, obligando a los automovilistas a salir cada día mas temprano y con eso alterar el sistema completo: hay momentos en que no cabe ni un auto más, ni los buses se pueden mover. ¿Problema sin solución?
Columnista