El hallazgo que puso en duda al Homo Sapiens
Hace diez años se descubrió una nueva especie llamada "Hobbit" que podría derribar la teoría del progresión lineal de los humanos.
Hace diez años se descubrieron restos fósiles de una nueva especie humana que denominaron “Hobbit”, en relación al personaje de “El Señor de los Anillos”, por su diminuto tamaño. Se creería que esta nueva especie vivió hace 20.000 años en la Tierra y, por lo tanto, vivió en la misma época que nuestra especie, según sostiene Richard Roberts, uno de los investigadores del equipo que realizó el descubrimiento.
El hallazgo confirmó la teoría de que nuestro planeta estuvo habitado en algún momento por varias especies de humanos.
Esta hipótesis está muy lejos de la idea de una progresión lineal, de las criaturas semejantes a un mono que caminaban semiagachadas hasta llegar al hombre moderno de andar erecto, como en la foto.
Según Roberts, el descubrimiento de una especie de humano completamente diferente en la isla indonesia de Flores que vivió hasta hace relativamente poco, “acabó con esta idea de un solo golpe”.
Sin embargo, hay muchas preguntas sobre el Hobbit para las que aún los científicos no han encontrado respuesta.
Los arquéologos continúan excavando el sitio de la isla de Flores, donde fue hallado el Hobbit, quien tenía un cerebro del tamaño de un chimpancé, con un metro de altura y con evidencia que indica que usaba herramientas de piedra.
Henry Gee, el editor que decidió publicar el resultado de la investigación en la revista Nature, recuerda que no fue sino gradualmente que empezó a tomar conciencia de la importancia del hallazgo.
“Es el mayor estudio en el que haya estado involucrado. Sobrepasó cualquier otra cosa que haya hecho porque su efecto no cesaba nunca. La gente seguía hablando de ello y se volvió parte de la cultura popular. Significó un nuevo punto de vista para la antropología. Los viejos modelos lineales de la antropología quedaron sepultados”, señaló a la BBC.
La publicación del descubrimiento en 2004 causó sensación. La noticia de que otra especie humana vivió entre nosotros hasta hace un tiempo relativamente reciente dejó al mundo con la boca abierta.
Muchos se preguntaron incluso si el Hobbit, llamado Homo floresiensis, todavía existía en algún lugar de la isla de Flores.
¿Quizá había otra especie de humano en algún lugar remoto de la Tierra que aún no se había descubierto?
Por primera vez en miles de años, la noción de que nuestra especie, Homo sapiens, era la única especie humana en el planeta se puso en duda.
Desde que se descubrió el hallazgo, no se han encontrado más restos fósiles del Hobbit, pero quienes que participaron en la investigación están convencidos de que hay mucho más por descubrir.
“El descubrimiento del Hobbit abrió la posibilidad de pensar que puede haber otras especies humanas sin descubrir ‘allá afuera’, quizá enterradas a varios metros bajo tierra como el Hobbit, u olvidadas en un cajón de algún museo, erróneamente identificadas, o catalogadas como humano moderno inusual”, dice Roberts. “Creo que el descubrimiento del Hobbit contribuyó a crear un clima en el que está bien esperar lo inesperado”, agregó.
La presencia del Hobbit en la isla de Flores sigue siendo un misterio, ya que se encuentra al este de la llamada línea de Wallace, que marca la separación entre las islas que rara vez –o nunca– estuvieron conectadas por puentes terrestres con el continente asiático.
Muchos creen que el Hobbit desciende de un humano más primitivo llamado Homo erectus que llegó a la isla hace un millón de años y gradualmente se fue volviendo más pequeño debido a la escasez de alimentos en la isla. Otros creen que desciende de criaturas semejantes al mono que abandonaron África hace más de dos millones de años y hay quienes proponen que estas criaturas eran humanos modernos seriamente enfermos.
Según señaló Roberts a la BBC, el equipo nunca pensó seriamente que se encontrarían con una nueva especie. De hecho, el equipo estaba buscando los ancestros de los primeros aborígenes australianos.Por eso, su reacción ante el hallazgo de un esqueleto diminuto, fue de “completa sorpresa y excitación extrema”.
“Quedé totalmente desconcertado. No era el esqueleto del humano moderno que esperábamos encontrar, pero ¿qué era? Resultó algo completamente nuevo para la ciencia, pero esa es la belleza de lo inesperado”, agregó
Hasta la fecha se han encontrado más huesos del Homo floresiensis, pero ningún cráneo nuevo. El mismo equipo que descubrió el Hobbit continúa trabajando en las excavaciones con la esperanza de hallar nuevas claves.
La prioridad ahora es construir una imagen de la distribución de la especie, cuándo llegó por primera vez a Flores y cuándo y cómo se extinguió.
“Tenemos tanto que aprender todavía sobre el Hobbit”, explica Roberts. “Cómo desarrolló sus peculiares características anatómicas y si alguna vez se encontró con los humanos modernos cuando se dispersaban por Asia y por el sur hacia Australia”.
“Por eso, aún después de 10 años, todavía se siente como si la aventura del descubrimiento recién estuviera empezando”, concluye el investigador.