Pasaron cinco días desde que la Revista Sábado publicó un reportaje con ocho testimonios que denunciaron acoso laboral y el abuso sexual por parte de Nicolás López.
Ese fue el inicio de una bola de nieve que continúa creciendo y que ha destapado nuevos testimonios en su contra. Bajo este contexto y como consecuencia del artículo que desató el escándalo, el cineasta acordó cerrar definitivamente la productora Sobras.
Con su reputación por el suelo y una imagen que solo conoce críticas, López intentó jugar su última carta.
Según publicó Revista Capital, el director de cintas como Sin Filtro y No Estoy Loca se puso en contacto -por teléfono y vía WhatsApp- con varias mujeres con las que trabajó para pedirles apoyo. Es así como les comentó que estaba buscando nombres para firmar una carta en la que desmintieran las acusaciones.
Sin embargo, su estrategia no está dando resultados. Según consigna Capital, cercanos a López aseguran que las mujeres que ha contactado no quieren hacerse parte de su defensa, ya que no tienen claro si es culpable o no de las acusaciones.
Además, tras la publicación de Sábado, el director de cine publicó un video donde aseguró que “no soy un acosador, no soy un abusador. Lo repito, puedo haber sido un descriteriado, pude haber sido un barza, pude haber sido un jote, pude haber sido un imbecil, pero eso (abusador) no lo soy”.
Sus declaraciones han generado un intenso debate en redes sociales y en los medios de comunicación. La última polémica a raíz de ello fueron las declaraciones de Tomás Cox, quien calificó a las denunciantes de “estas pobres pájaras”, lo que provocó la respuesta inmediata de Josefina Montané.
“Antes de hablar del acoso laboral y del abuso en todas sus formas tenemos que informarnos. Saber y entender el proceso de las víctimas. El abuso se vive en silencio”, postuló a través de sus historias de Instagram.
