Amanda Teillery y el futuro de la buena educación
La autora tiene a su haber un exitoso libro de cuentos, llamado “¿Cuánto tiempo viven los perros?”. Con “La Buena Educación”, la apuesta es doble: ganarse al público con mayor extensión, pero más riqueza en detalles y en los dolores que conforman a las protagonistas.
La primera novela de la autora chilena es hija de su tiempo convulsionado. Tras un 2018 marcado por la masiva revuelta feminista en las calles de todo Chile, la escritora de 23 años escuchó atenta, tomó nota y miró a su entorno. El resultado es “La Buena Educación”, un relato situado en una clase acomodada y fragmentada en sus valores; en especial, cuando se trata de libertades individuales.
Sofía y Rosario estudian en un colegio de mujeres y protagonizan esta historia. El libro recoge el inicio de su amistad, su quiebre y un reencuentro a raíz de la decisión de abortar, con todo lo que ello implica en un país que no lo permite de manera libre y “lo difícil que es tomar una decisión que es tuya pero, al mismo tiempo, hace que todo el mundo te pueda juzgar y apuntar con el dedo”.
Enmarcada en la educación que ellas recibieron, vemos cómo la clase y el dinero no alimentan su espíritu y autoestima, plagando sus mentes adolescentes de tabúes, mitos y restricciones con respecto a la vida sexual y afectiva. “Una buena educación implica poder conocerse a uno mismo y al resto de una manera crítica”, opina Teillery, que también se formó en un colegio monogenérico y de clase acomodada.
“Se creaba un ambiente muy machista siendo que no había hombres: nos juzgábamos bajo los parámetros de los hombres, si te pescaban o no”, reflexiona Amanda sobre su etapa escolar, en la que jugó un rol más bien de espectadora que de participante. Esa deslumbrante capacidad de observar se plasma a tal punto en el libro, que el recorrido por sus personajes recuerda a una versión moderna de las estrellas de Adrenalina (Canal13), teleserie que apareció cuando Amanda recién tenía un año de vida, pero que demuestra el recambio generacional de un sector chileno que huye de lo popular, del transporte público y de afrontar los problemas sin tapujos.
La autora reconoce que fue su llegada a Literatura la que le permitió desplegar su verdadera personalidad y encontrar a su gente. Recientemente egresada, la autora tiene a su haber un exitoso libro de cuentos, llamado “¿Cuánto tiempo viven los perros?”, aclamado por la crítica y por sus pares. Con “La Buena Educación”, la apuesta es doble: ganarse al público con mayor extensión, pero más riqueza en detalles y en los dolores que conforman a las protagonistas, y consolidar su estilo en un mercado literario donde cada vez más mujeres proliferan y se abren camino en el público chileno, que pese a abrirles las puertas, aún las ven con algo de recelo.
“Todavía está el prejuicio de que es una literatura menor, o que tenemos que imitar la voz del hombre, que no podemos crear algo propio”. Lo cierto es que el libro de Amanda Teillery -distribuido en librerías físicas y digitales a través de la editorial Planeta– nada tiene que envidiar al cada vez más viejo cliché de la literatura basada en un amor binario, estático y preso de todos los prejuicios de los que Teillery, con su relato, intenta escapar, sin dejar de lado su origen. ”No puedo hablar sobre la clase media o de luchas que no son mías, porque estaría explotando algo que no me pertenece por un bien personal. Hay una línea moral en lo que uno escribe”.