Canción del Sur: la película racista que Disney busca borrar a toda costa
La cinta estrenada en 1946 retrataba la amistad entre un niño blanco y Remus, un esclavo trabajador de una plantación.
A raíz de las protestas y el debate que se ha generado en Estados Unidos respecto al racismo, se ha vuelto a poner en el tapete la denominada “película fantasma” de Disney, Canción del Sur.
Esta cinta, estrenada en 1946 ha sido calificada como la gran “mancha” dentro del catálogo de la empresa que tiene a Mickey Mouse como su principal exponente. La historia aborda la amistad que se genera entre un niño blanco llamado Johnny y el hombre negro Remus, quien le cuenta tres fábulas animadas.
Y es que muchos consideran que este último personaje, denominado como Tío Remus, buscaba dar cuenta de que los esclavos eran felices con esa condición, lo que es duramente criticado hasta el día de hoy. De hecho, ya contaban con una película similar que daba una imagen idílica de la esclavitud: Lo que el viento se llevó.
La película fue creada luego de que el mismo Walt Disney se topara con las historias del Tío Remus que había escrito Joel Chandler Harris en 1881. Pero lo que el hombre no había dimensionado, pese a que buscaba repetir el éxito de Blancanieves y los siete enanitos, es que en ese momento no daba cuenta de la vida que se llevaba en el sur de Estados Unidos, sobre todo tras la guerra civil.
Y claro, lo que muestra Canción del Sur es una idealización de lo que se vivía en ese entonces mostrando la idealización de las plantaciones, los esclavos felices y los amos benevolentes. En sí, la cinta fue ambientada en la época de la Reconstrucción, cuando luego de que fuera abolida la esclavitud, muchos trabajadores negros se quedaron en las plantaciones, ya como empleados.
El problema es que los escenarios de Georgia no parecían haber sufrido las consecuencias de la guerra, lo que provocó críticas en la prensa de la época. Disney fue apuntado por la falta de rigor, de sensibilidad y prudencia.
Según consignó El País, The Afro-American describió la película como “una propaganda perniciosa de la supremacía blanca”, The Pittsburgh Courier la consideró “una prueba de buena voluntad inestimable para avanzar en las relaciones interraciales” y desdeñó a los críticos como “síntoma de la neurosis racial que se ha apoderado de una comunidad sin sentido del humor”.
Alberto Corona, autor del libro La Otra Disney: Volumen 1 (1946-1967), señaló que las fábulas que en Canción del Sur se contaban “eran en realidad metáforas no poco agresivas sobre la esclavitud y el sueño soterrado de la libertad”. De hecho, según lo recogido por El Independiente, critica que “los problemas derivados del proceso no debían observarse bajo el prisma de la mala fe, sino desde la ignorancia y el atolondramiento”, puesto que Disney “era un señor blanco de Chicago que se había criado en una granja y había trabajado repartiendo periódicos hasta de pronto dar el salto al negocio de la animación. ¿Qué podía saber él de sensibilidades raciales?”.
La última vez que la cinta Canción del Sur fue reeditada fue en 1986, pero desde entonces se ha intentado por todos los medios borrar su registro de todos lados y Bob Iger, CEO de Disney, cada vez que es consultado al respecto, responde que “no hay intención de reeditarla por considerarse una película anticuada y, en ciertas partes, ofensiva”.