Toqueteos, insinuaciones y mensajes en WhatsApp: los detalles de la querella de la pareja de Nano Calderón contra Hernán Calderón
La acción judicial acusa al abogado del delito reiterativo de abuso sexual.
Este lunes se anunció que Rebeca Naranjo, pareja de Nano Calderón, presentó una querella en contra de su suegro, Hernán Calderón, por el delito reiterado de abuso sexual. EL DÍNAMO logró tener acceso a la acción judicial donde la joven relata uno a uno los hechos que sufrió mientras vivió en el departamento del abogado.
Todo comenzó cuando a fines de septiembre junto a Calderón Argandoña, llegaron a vivir al departamento de Calderón Salinas puesto que éste último, ante un viaje que tenía programada la joven pareja, le recomendó a su hijo que “arrendara su departamento y nos quedáramos con él hasta que el viaje se efectuara”, consigna el documento.
Aunque los primeros meses no tuvieron mayores contactos con el abogado por las extensas jornadas laborales que tenía día a día, a mediados de febrero de 2020, Naranjo relata que Calderón Salinas comenzó a llamarla en reiteradas oportunidades “para preguntarme cómo estaba su hijo y cómo estábamos nosotros como pareja”.
“En un principio, yo consideré que era una actitud de padre preocupado, no obstante, al pasar el tiempo los llamados fueron incrementando, esta vez preguntando específicamente por mí y mi ubicación. Frente a esto, yo le consulté la razón de sus llamados constantes y él me señaló que como vivía en su departamento yo le debía explicaciones, lo que en ese momento entendí como una regla de su hogar”, consignó.
Según la joven, ya en marzo comenzó a notar una particular actitud hacia ella, puesto que el abogado “se me acercaba bastante y yo sentía que me miraba de una manera distinta, me hacía insinuaciones”. Como ejemplo, recordó que el 8 de marzo el padre de Nano Calderón “se acerca a mí mientras yo estaba cocinando, él me agarra por las caderas, me da un beso en cada mejilla y me dice “descansa”. Aquello para mí fue bastante incómodo, sentí que fue inapropiado”. El hecho se lo comentó a su amiga, Karen Siciliano, porque tenía duda de sus intenciones
Posteriormente, el 19 de marzo, mientras Nano Calderón estaba en el dormitorio, fue a la habitación de visitas a buscar cajas con mercadería de su local ya que necesitaba armar pedidos para enviar. “Estando yo agachada, siento que me tocan el cuello y los brazos, yo instantáneamente pensé que era mi pareja, pero grande fue mi sorpresa al percatarme que era su padre. Yo estaba muy nerviosa y me quedé completamente paralizada, comencé a cerrar las cajas para irme a mi pieza, y antes de que pueda levantarme el Sr. Calderón Salinas me dice ‘tienes la piel rica, suavecita'”, reveló.
“Luego de eso me paro rápidamente y antes de que pueda irme de la pieza me pregunta ‘¿Qué tienes allí?’, señalando la parte posterior de mi short, me doy vuelta a mirar para ver a qué se refiere y en esos instantes siento que don Hernán Calderón Salinas me está levantando el short y pone la palma de su mano en mi glúteo. Lo único que pude hacer fue correr a mi pieza, tenía mucho miedo, temblaba, me sudaban las manos, no sabía qué hacer. Quedé en blanco y comencé a llorar, me tuve que bañar para quitarme el olor a su perfume”, relató Naranjo.
Ya más calmada, conversó con su hermana Verónica Naranjo, y su amiga Karen Siciliano. Ambas le recomendaron salir del departamento en el que vivía. Como excusa, le dijo a su pareja, Nano Calderón, que iría a quedarse unos días con su hermana. A solo una hora de haberse ido, Calderón Salinas comenzó a llamarla y enviarle mensajes por WhatsApp para preguntarle dónde estaba. “Finalmente decido responderle que tenía el celular en la cartera, y automáticamente el querellado elimina los mensajes que me había enviado”, destacó.
Primeras señales de alerta
La insistencia de Hernán Calderón sobre la pareja de su hijo Nano Calderón continuó al día siguiente. Ella asume que por los últimos episodios, el abogado pensó que lo denunciaría, lo que nunca ocurrió puesto que, según postuló Rebeca Naranjo, “nunca tuve el coraje, conozco el poder que él tiene a nivel legal y esto me mantenía bloqueada, con mucho miedo de actuar. Tampoco encontré las palabras para explicarle a mi pareja lo que estaba sucediendo”.
A su regreso al departamento, y al no sentirse segura, le propuso a Nano partir a Pelarco unos días, lo que se concretó a principios de abril. Días después, el abogado junto a su pareja, Patricia Ramírez, los invitó a un asado familiar.
“Estando los cuatro sentados en la mesa, empezamos a hablar de mi negocio de venta de bikinis y yo señalo que el modelo que más vendía eran los pequeños tipo colales. Ante mi comentario don Hernán Calderón Salinas me dice que me pruebe uno para ver qué tan pequeños eran; ante esto doña Patricia le llama la atención y su hijo le dice que es un comentario inapropiado y fuera de lugar. Yo sólo guardé silencio. Me atrevería a señalar que este fue el momento en que Hernán Calderón Argandoña comenzó a percatarse del comportamiento lascivo de su padre hacia mí”, recalcó.
Semanas después, el 22 de mayo, Naranjo y Calderón Argandoña sostuvieron una discusión en el departamento de Calderón Salinas, por lo que ella decidió dormir en la habitación de invitados. Ya acostada, el padre de Kel “entra a la habitación, siendo mi única reacción hacerme la dormida, pero el querellado se da cuenta de que estoy despierta y me pregunta cómo me sentía después de la discusión con su hijo. Sorpresivamente, siento su mano dentro de mi pijama al nivel del pecho, me estaba tocando los senos, en ese momento logré reaccionar y le quité bruscamente su mano de mi busto. Él se retiró, pero en mi cabeza siempre estaba el miedo de que los episodios se volvieran a repetir”, afirmó.
En junio nuevamente la joven pareja peleó y ella decidió irse del departamento de su suegro. Con la ayuda de Laura, la asesora del hogar, armó las maletas y esperó a la mujer que había ido a buscar su auto. Mientras esperaba, Hernán Calderón se le acercó para pedirle que no se fuera. Ahí Naranjo recordó la particular frase que le dijo: “Yo quería que tú fueras mía, ¿no te atreves?”.
Dos días después, la joven se comunicó con su pareja, Nano Calderón, para coordinar el retiro de unas pertenencias que se le habían quedado. Aunque él le pidió que regresara ella se negó y le aseguró que cuando se juntaran, le contaría todo.
“El día 5 de junio, acordamos que iría al departamento a retirar mis cosas, bajando Hernán Calderón Argandoña y Laura con mis pertenencias. Luego de guardar las cosas en mi auto, Hernán Calderón Argandoña se sube a mi vehículo y me pregunta qué pasaba. Yo tenía mucho miedo, y le pedí que se tomara las cosas con calma y le conté lo que había estado sucediendo, que me sentía acosada por su padre”, recordó.
Naranjo le especificó que por ese motivo no volvería al departamento. “Ese era el motivo por el que tenía miedo de salir de la pieza sola y le pedía siempre que me acompañara, que cuando me metía a la tina me daba miedo su padre fuera a entrar al baño, que yo tenía miedo ya de estar ahí. También le conté que su padre me había tocado e incluso el día que me fui me dijo que quería que fuera de él”, le explicó.
Calderón Argandoña regresó al departamento y ella se estacionó cerca del edificio. A los pocos minutos, él la llamó por teléfono y en altavoz le pidió que repitiera lo que le había contado, mientras Hernán Calderón la recriminaba por las acusaciones. Naranjo solo se limitó a responder que “él sabía lo que había hecho y que yo no tenía necesidad de inventar nada. En ese instante cortan la llamada”.
Días después, aceptó la propuesta de Hernán Calderón Argandoña de volver a su departamento, dejando en claro en la querella que ella nunca quiso separarse de su pareja por peleas entre ambos sino que “más bien por el acoso y daño que me causó el Sr. Calderón Salinas, por lo que al poco tiempo nos mudamos juntos y todo transcurrió de forma normal”.
11 de agosto
El 11 de agosto, día en que Nano Calderón acuchilló a su padre, su pareja cuenta que estaban en el living hasta que “me pidió mi teléfono y yo se lo pasé. Unos segundos después mi pareja recibe una llamada telefónica de Laura, la asesora del hogar del Sr. Calderón Salinas, y contesta ‘ok Laurita, voy para allá’. En ese instante Hernán Calderón Argandoña toma su celular y le toma foto a mi teléfono, yo le pregunto qué hace, él no respondió, yo solo pude observar que en mi celular estaba abierta la conversación de WhatsApp con su padre. Él me entrega mi celular, me dice que nos vemos en un rato y se retira del departamento”.
Sin saber nada de su pareja, Rebeca Naranjo relata que cerca de las 18:00 horas aparecieron alrededor de 20 carabineros en el domicilio preguntando por Nano Calderón, pero les indicó que no estaba en el departamento.
“Al pedir una explicación de lo que estaba ocurriendo, me indican que lo están buscando, por un incidente de violencia intrafamiliar en que supuestamente le habría ocasionado lesiones a su padre. Una vez se retiraron los funcionarios policiales del departamento, intenté contactarme con Hernán Calderón Argandoña para saber qué había pasado, sin poder lograr comunicación con él”, aseguró la pareja de Nano Calderón en la querella.
Con esta acción judicial, Rebeca Naranjo buscará que se condene Hernán Calderón Salinas y todos quienes resulten responsables, ya sea en calidad de autores, cómplices o encubridores del delito reiterado de abuso sexual.