El “estallido social” que sacude a Costa Rica en medio de la crisis sanitaria
La relativa calma del país centroamericano se rompió luego que el presidente Carlos Alvarado anunciara la solicitud de ayuda económica al FMI y el aumento de impuestos para los ciudadanos.
Debido a la crisis económica que ha dejado la pandemia del coronavirus, el gobierno de Costa Rica negoció un préstamo de US$1.750 millones con el Fondo Monetario Internacional (FMI), lo que ha desatado violentas protestas durante las últimas semanas.
La relativa calma del país centroamericano se rompió luego que el presidente Carlos Alvarado anunciara que este plan de ajuste se vería reflejado en un aumento de impuestos para los ciudadanos.
En comparación a otros países de la región, Costa Rica ha logrado contener relativamente bien el daño económico y sanitario que ha dejado la pandemia. Las medidas de confinamiento no fueron tan estricta como en Colombia, Argentina o Chile y sus habitantes contagiados alcanzan, hasta el momento, los 93.152 de los cuales 1.180 han fallecido.
Según indicó El País, durante la pandemia del coronavirus, Costa Rica solicitó más de US$2 mil millones en préstamos externos de organismos multilaterales, incluyendo al mismo FMI.
En medio de este panorama, y durante el mes pasado, el Ejecutivo elaboró una propuesta para un nuevo préstamo que el Congreso debía aprobar y que incluía un alza de impuestos y la venta de activos del Estado.
Por ello, y debido al malestar generalizado de los costarricenses, miles de personas se volcaron a las calles a expresar su enojo.
“La gente despedida o trabajando media jornada está atemorizada y la gente cuando se cabrea le echa la culpa de todo a los políticos. No es el virus, ¿verdad? Son los políticos que toman malas decisiones”, señaló al medio antes señalado, Constantino Urcuyo, docente de Ciencia Política en la Universidad de Costa Rica.
La razón del estallido
Según indica la BBC, la economía de Costa Rica atraviesa uno de sus peores momentos de los últimos 40 años, con un déficit fiscal cercano al 10% del Producto Interno Bruto (PIB). Asimismo, y debido a la pandemia, el desempleo se duplicó -de 12% a 24%- durante este año.
Por ello, el 30 de septiembre, el Gobierno de Carlos Alvarado anunció un plan para financiar parte de las deudas y negociar con el FMI el préstamo de US$1.750 millones. Sin embargo, la solicitud contemplaba el congelamiento de sueldos para algunos funcionarios públicos y el aumento temporal de impuestos.
Días después de conocerse el proyecto, las marchas y protestas comenzaron a efectuarse en distintas partes de Costa Rica.
El costarricense Rodrigo Pérez indicó en conversación con EL DINAMO que “acá el descontento es enorme. Las protestas son justas porque hemos aguantado años de malas decisiones y hoy la gente lo resiente mucho. Esto sumado a la pandemia, a la incertidumbre del trabajo, la salud y el día a día, el panorama no se ve muy auspicioso. Yo he ido a varias marchas a manifestarme. Estamos en democracia y debemos hacer sentir nuestro malestar si nuestra calidad de vida sigue empeorando”.
Hasta mediados de octubre, los enfrentamientos han dejado un centenar de heridos, 15 policías hospitalizados y decenas de detenidos. Junto a ello, y en medio de las protestas, el Movimiento Rescate Nacional de Costa Rica bloqueó por más de 10 días las carreteras del país.
Las principales rutas de Costa Rica fueron obstaculizadas bloqueando el acceso a la ciudad de San Carlos en la provincia de Alajuela (al norte del país), una importante zona agropecuaria, además del Paso Canoas en la frontera con Panamá, en donde el tránsito internacional también estuvo interrumpido.
Desistir del préstamo
El 5 de octubre, el presidente Alvarado retiró la propuesta de ayuda económica a cambio de subir los impuestos, pero las manifestaciones siguieron.
El mandatario dijo haber visto “con dolor” los focos de violencia en las calles y condenó las violentas protestas. “Nada de eso tiene que ver con el ideal de paz de nuestra democracia (…) Los bloqueos que golpean a la gente, a la producción y ponen en riesgo vidas, deben de cesar ya”, dijo en cadena nacional.
“Hago una convocatoria a los sectores que respaldan las vías institucionales para que abramos un diálogo nacional para resolver la emergencia económica que afronta el país. En ese diálogo me involucraré personalmente”, agregó.
Tras las declaraciones del mandatario, comenzará una mesa de diálogo conformada por empresarios, dirigentes sociales y autoridades pero a la que no está invitado el grupo social Movimiento Rescate Nacional, principal promotor de las protestas.