El plan del Gobierno de Bachelet que viabilizaría HidroAysén
La apuesta, que incluye un análisis técnico y económico, apunta a cambios al diseño en las centrales, al modelo de la línea, una fórmula para compartir sus beneficios. Además se realizaría una evaluación ambiental estratégica de las cuencas desde el Biobío al sur para determinar su potencial hidroeléctrico y determinar el costo de explotación.
En más de una ocasión a lo largo de su campaña de la Presidenta electa, Michelle Bachelet, se encargó de subrayar que “así como está HidroAysén no es viable”. No obstante, los asesores de la representante de la Nueva Mayoría han indicado que esta afirmación no apunta a un descarte a priori de la cuestionada iniciativa energética.
Y es que como paso previo a definir una postura de cara a proyecto de Endesa y Colbún o frente al aprovechamiento del potencial hidroeléctrico de la zona sur del país, será necesario levantar una serie de datos, unos directamente relacionados con este proyecto hidroeléctrico, y otros de mayor alcance, consigna el DF.
Frente a HidroAysén serían varios los aspectos que podrían ser objeto de negociación, empezando por los factores técnicos. Públicamente, cuando se conocieron los primeros detalles del programa de gobierno de la ganadora de las elecciones de este domingo, circuló una visión crítica respecto del diseño de las centrales y su modelo de operación en lo que relativo a bruscas fluctuaciones de caudales durante un mismo día, lo que tendría impactos ambientales.
Sin embargo, el ex ministro Eduardo Bitran, que estuvo a cargo de los temas de energía durante la campaña, comentó que ello podría mejorar al limitar el margen de operación de las centrales, lo que supondría un costo económico.
Otro elemento a negocias apuntaría a la forma en que HidroAysén puede compartir sus beneficios económicos. Las alternativas en este caso van desde que los organismos antimonopolios exijan o la propia empresa decida comprometer parte de su producción para abastecer a clientes regulados de las distribuidoras (entre ellos los residenciales) a un precio que esté en relación con el costo de desarrollo de largo plazo, que equivale a unidades a carbón más eficientes, o bien que sea más parecido al costo de operar con agua, que es menor.
A esto se suma la posibilidad de abrir la línea de transmisión del complejo, a fin de poder transportar unos 6.000 MW, lo que permitiría reducir el cargo asociado a este traslado.
Evaluación ambiental
Con respecto a los factores de mayor alcance, se ha planteado que HidroAysén también tendría que considerar el resultado que tenga la evaluación ambiental estratégica que el próximo gobierno espera iniciar una vez que comience su mandato y que tomaría un año.
Esta iniciativa apunta a evaluar y clasificar las cuencas desde el Biobío al sur y determinar su potencial hidroeléctrico y de otro tipo, al mismo tiempo determinar el costo (económico y de mayores o menores emisiones de gases) asociado a explotar o no esos recursos. Todo esto será plasmado en un estudio de impacto ambiental estratégico, que será requisito previo antes de cualquier pronunciamiento no sólo en torno a HidroAysén, sino que para todos los proyectos de generación en dicha zona.
