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20 de Octubre de 2023

Más sabe el CEO por ser CEO… A propósito del caso de Matías Videla de Cencosud

Tres razones para perseguir a los que usan información privilegiada. Y por qué es una manera de enriquecerse abusando de otros.

Por Poder Económico
Lo que hizo el ex gerente de Cencosud fue timarnos un poco a todos, tratando de comprar barato algo que sabía que iba a ser más caro. AGENCIA UNO/ARCHIVO.
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A vuelo de pájaro, es necesario entender qué es la información privilegiada.

En términos jurídicos es cualquier información referida a un emisor, a sus negocios o a uno o varios valores por ellos emitidos o garantizados, no divulgada al mercado, y cuyo conocimiento público, por su naturaleza, puede influir en la liquidez, el precio o la cotización de los valores emitidos.

En simple, es el conocimiento que tiene alguien al interior de una empresa de una información que no es pública y que puede alterar significativamente el precio o valor de mercado de las acciones de su empresa. Obviamente ese datito no sólo es sabroso sino que puede hacer ganar mucha plata si se tiene antes que el resto -el mercado- y permite comprar barato -acciones- que sabemos van a ser caras en el corto plazo.

¿Qué tiene de malo esto?…mucho. Al menos por estas tres razones:

1.- Ese datito altera todos los principios que regulan el mercado. La idea central es que el precio de un producto o servicio se fija en un punto de equilibrio entre la oferta y la demanda abierta de él. Pero si alguien sabe algo que el resto desconoce y lo usa a su favor para comprar o vender por un precio distinto al que pagaríamos los demás de conocer esa información, lo que está haciendo es estafarnos a todos por aprovecharse de ese secreto. Es decir, o nos está vendiendo algo más caro de lo que estaríamos a dispuestos a pagar si supiéramos lo que él sabe o comprando más barato de lo que el resto pagaría si supiéramos lo que él sabe. En este caso acciones o valores de una empresa.

2.- Viola la idea esencial de la reserva de la información de la empresa y altera las reglas de confianza en las instituciones, ya que cualquier persona que en razón de su cargo, posición, actividad o relación tenga acceso a información privilegiada debe guardar estricta reserva y no podrá utilizarla en beneficio propio o ajeno, porque de hacerlo está obteniendo ventajas ilegítimas de su posición en la corporación en desmedro de su propia empresa y el resto de los ciudadanos.

3.- De no sancionarlo se establecería un precedente brutal: el mercado no sería un lugar donde todos tenemos los mismos derechos para adquirir acciones al mismo precio, sino que la ley autorizaría que algunos con información reservada producto de su posición o poder podrían comprar bienes a mejores precios que el resto de los ciudadanos a sabiendas de su posterior aumento. En el fondo, justificaríamos que alguien haga riqueza a costa de la trampa por saber secretos que alterarían los precios.

Lo que hizo el ex gerente de Cencosud fue timarnos un poco a todos, tratando de comprar barato algo que sabía que iba a ser más caro.

    ¿Entonces por qué la CMF lo sancionó? Por considerar que compró barato algo que sabía que iba a ser más caro. Y porque este conocimiento privilegiado lo obtuvo solo por la posición de poder que ocupaba en su compañía.

    ¿Servirá de ejemplo para otros? Hasta el momento, los casos siguen ocurriendo.

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