
En una pequeña casa entre 8 y 9 Norte en Viña del Mar, funcionaba en los años 70 un discreto taller mecánico fundado por Ricardo Hornauer y Eduardo Aspillaga. Lo que comenzó como una apuesta local, con la concesión para la venta de repuestos Mercedes-Benz traídos desde Alemania, se convertiría con los años en un actor clave del rubro automotriz en la zona centro-norte del país. Así comienza la historia de Aspillaga Hornauer.
“Fuimos pioneros en instalar servicios en zonas que nadie miraba. Hoy, donde partimos solos, hay barrios enteros dedicados al mundo automotriz”, explica Felipe Merello, gerente general de Aspillaga Hornauer.
Agregando que la profesionalización ha sido parte importante de la gestión de la automotora: “Eran tiempos en que los dueños lo hacían todo, entonces nosotros pensamos en construir una estructura real. Creamos áreas, contratamos expertos, y eso nos permitió crecer de verdad. Esta visión hoy es parte del estándar del sector, pero en su momento fue una jugada audaz”.

Este relato no solo es una muestra de crecimiento, sino también de visión y constancia. Aspillaga Hornauer, pasó de vender 20 autos al año, a poner en circulación cerca de 500 vehículos mensuales. Desde sus inicios representando a Suzuki, y luego sumando marcas como Renault, Mazda y las emergentes chinas, han apostado siempre por el volumen sin perder la calidad de servicio. “Nuestro nicho no es el cliente ABC1, es la familia que necesita un auto confiable, con respaldo y que lo pueda mantener”, sostiene Felipe Merello.
La llegada al sector Torquemada, en el camino Internacional
Uno de sus hitos fue instalarse en Torquemada, en un terreno que más tarde se transformaría en el actual polo automotriz de la zona. La expansión continuó hacia Quillota, la cuarta región y ahora están con miras a la tercera región y probablemente algunas sucursales en la capital, sin perder el sello regional que les caracteriza.
“Nuestro foco siempre ha sido crecer con nuestra gente. De ser 25 personas pasamos a tener un equipo de más de 300, pero mantenemos ese espíritu de familia que nos trajo hasta aquí”, agrega Merello.