La muerte en ruta: el miedo que pesa sobre los pilotos del Dakar
El accidente fatal del portugués Paulo Gonçalves dejó en evidencia los riesgos que tiene una de las carreras más extremas del deporte tuerca, donde la concentración de los pilotos es clave para sobrevivir.
El rally Dakar nuevamente se vistió de luto, esto luego que se confirmara el fallecimiento del experimentado piloto portugués Paulo Gonçalves, quien sufrió una caída en el kilómetro 276 de la especial disputada entre Riyadh y Wadi Al Dawasir, en Arabia Saudita.
El deportista, que compitió en 13 carreras en las versiones de África y Sudamérica, fue asistido por otros competidores y trasladado inmediatamente para ser atendido. Lamentablemente no había nada qué hacer, ya que por la gravedad de sus lesiones perdió la vida de forma casi inmediata.
Gonçalves engrosó así el listado de 42 víctimas fatales que ha dejado la carrera en sus cuatro décadas de existencia. El primero fue el moticiclista Patrick Dodin, quien se fracturó el cráneo al salirse de una pista en Níger.
Desde ahí se registraron varias muertes, las que han sido parte del miedo constante que existe entre los participantes, el que de forma paradójica es su mayor motor para seguir arriba de la moto, auto, cuadriciclo o camión.
La mente fría
Giorgio de Gavardo, padre del fallecido piloto nacional Carlo de Gavardo, vivió de cerca el ambiente de la competencia más extrema del deporte tuerca. De hecho conoció a Gonçalves en el inicio de su carrera en el Dakar, cuando el “Cóndor de Huelquén” aún competía en las motocicletas.
“Yo sé que le habrá pasado a este muchacho, pero lo que puedo decir es que en una carrera lo que más debe haber es concentración. Eso es clave. Cualquier problema que uno tenga en la cabeza lo hace a uno sacarse la cresta. Para correr en el rally hay que tener la mente totalmente despejada, solo para correr”, expresó De Gavardo a EL DÍNAMO.
Para ejemplificar lo importante que es la distracción en los accidentes, el patriarca de la familia tuerca que tiene hoy a su nieto Tomás de Gavardo como su mayor referente, recordó el caso del italiano Fabrizio Meoni, quien murió en el Dakar 2005 tras caer de su moto en Mauritania.
“Fabrizio tenía problemas porque lo habían penalizado y con eso perdía el primer puesto, y más encima tenía otro problema, porque ese día que se mató él debía haber partido de a 15, no de 1. Entonces tenía toda su estrategia porque partía con los 15 primeros y nadie tenía ventaja”, contó.
De Gavardo también afirmó que “hay un grado de locura” en los mismos competidores, que desean superar el miedo con la velocidad y la adrenalina de la competencia.
“¿Sabes por qué Carlo dejó de correr? Porque me dijo un día: ‘papá, voy a dejar de correr en moto’. Por qué, le pregunto yo. ‘Es que le perdí miedo al miedo’, me contesta”, contó el padre de De Gavardo.
Seguir compitiendo a pesar de la tragedia
Tras el accidente fatal de Gonçalves, la organización del Dakar decidió suspender la competencia por una jornada, en algo que llama la atención debido a que nunca se ha optado por cancelar definitivamente el evento pese al fallecimiento de personas.
De Gavardo señaló que “esto es así, es frío, ya fue y a seguir porque ya no se puede hacer nada… A mí me sorprendió que ahora se haya mostrado humanidad con esto, porque generalmente se continúa con la carrera igual”, expresó.
“Cuando murió Fabrizio mi hijo y el resto del equipo quería parar, pero yo tengo muy clara la película y Dios sabe por qué hace las cosas, y se sigue no más. Es así. Nos reunimos, nos pusimos a rezar y a correr”, aseveró.
Aunque esta es la regla general en las competencias es continuar a pesar de la tragedia, hubo un caso en particular en donde se decidió parar. Ocurrió en 2004, cuando el piloto francés Richard Sainct murió luego de sufrir una caída en la cuarta etapa del rally de los Faraones en 2004. En aquella oportunidad, la organización decidió paralizar la actividad.