Los seis meses que desataron la crisis de Sebastián Moreno en la ANFP
El presidente del fútbol chileno está a punto de dejar su cargo en medio de una situación crítica que se activó tras el estallido social y que se agudizó con la pandemia del coronavirus.
La crisis del fútbol chileno está a punto de vivir uno de sus momentos claves, ya que la caída del actual presidente de la ANFP, Sebastián Moreno, se transformaría en una realidad ante la presión constante de una oposición que se activó con todo.
Los hechos ocurridos tras el estallido social marcaron un antes y un después en la relación del ex presidente de Cobresal con un grupo de directivos, quienes lo criticaron por la forma en la que cerró la temporada del fútbol. La pandemia del coronavirus, que tiene a muchos equipos en una crítica situación financiera, no hizo más que agudizar los desencuentros.
La renuncia de dos integrantes de la mesa directiva acentuó los problemas para el abogado, quien llevaba un poco más de un año en el cargo tras perfilarse como el sucesor natural de Arturo Salah.
El estallido en la ANFP
Los hechos ocurridos tras el 18 de octubre de 2019 obligaron a que la ANFP suspendiera todos sus partidos aludiendo a razones de seguridad. Las acciones de violencia y la participación activa de grupos de barras bravas en las movilizaciones generó temores entre todos los actores de la actividad.
La apuesta de Moreno era volver a jugar lo antes posible, esto pese al rechazo de algunos jugadores emblemáticos, como el capitán de Colo Colo Esteban Paredes, quien se negó a volver a las canchas. Aquello se mezcló con una polémica decisión de la selección chilena, que no viajó a Lima para jugar un amistoso ante Perú aludiendo a la situación social del país.
El día clave para probar el retorno al juego era el 22 de noviembre, con un partido entre Unión La Calera y Deportes Iquique en La Florida. La experiencia fue un fracaso rotundo, ya que un grupo de la Garra Blanca entró a la cancha e interrumpió el encuentro. Al final, un consejo de presidentes realizado a la semana siguiente definió el cierre de la temporada completa.
La decisión terminó dejando consecuencias, ya que equipos como Santiago Wanderers y San Marcos de Arica reclamaron que la clausura del fútbol los dejaba sin en ascenso que habían ganado en la cancha. Aquel problema se subsanó, pero dejó al aire la resolución del llamado cupo de “Chile 4” de Copa Libertadores, que desató la primera gran crisis de Moreno.
Unión Española, club que alegaba ser el ganador del cupo al torneo internacional, lanzó duros dardos en contra del dirigente. Cuando la Federación de Fútbol de Chile (que también es liderada por el presidente de la ANFP) decidió definir todo con un partido con la Universidad de Chile, los hispanos decidieron no presentarse y dejar en claro su rechazo a la gestión del fútbol chileno.
Lo último que se supo de este caso es que Jorge Segovia, el propietario del equipo de colonia, había anunciado que su denuncia ante la FIFA en contra de la ANFP fue admitida, lo que afectaba directamente a Moreno.
La salida de los directores
La crisis del estallido social no fue el único conflicto que desató la crisis en la presidencia de Sebastián Moreno, ya que la situación de su mesa directiva también terminó perjudicando a su liderazgo.
Desde enero de 2019, cuando el ex directivo cobresalino asumió el cargo, se fueron bajando varios integrantes del directorio. Los primeros en desertar fueron Jacques Albagli y Andrés Fazio, cuyos cupos aún no han podido ser cubiertos luego que el consejo de presidentes rechazara la postulación de Lorena Medel.
En marzo de este año se conoció de la salida de Aldo Corradossi, uno de los colaboradores más cercanos a Moreno.
Hacia abril se revisaría la situación de Martín Iribarne, quien probablemente iba a ser destituido luego de sus cuestionamientos por el caso del jugador Erick Wiemberg. Finalmente el directivo decidió renunciar, con lo que dejó al directorio con el quórum mínimo de cuatro integrantes para continuar con su funcionamiento.
Este miércoles se conoció de la salida del segundo vicepresidente Raúl Jélvez, quien con su acción dejó a Sebastián Moreno con escasa posibilidad de permanecer en su puesto, ya que estaría obligado a llamar a unas nuevas elecciones para armar a un nuevo directorio.
El rearme opositor
La crisis que vive Moreno también dejó en evidencia el rearme de un sector opositor, que busca tomar el control de la ANFP ante una situación de incertidumbre absoluta de la actividad.
La semana pasada el directorio planteó la realización de una reunión entre los presidentes de los clubes, la que requería una asistencia mínima para su puesta en marcha. Un grupo de instituciones envió una carta en donde rechazaba su participación. Algunos interpretaron esta acción como un “golpe” de los equipos contrarios a la actual administración.
Audax Italiano, Coquimbo Unido, Deportes La Serena, Huachipato, Deportes Melipilla, Unión Española, Ñublense, Unión La Calera, Deportes Puerto Montt, Palestino, San Luis, San Marcos de Arica, Santiago Morning, Unión San Felipe y Deportes Valdivia fueron los equipos que escribieron aquella misiva y que estarían impulsando a la oposición al interior de la sede de Quilín.
Cesare Rossi, presidente de Deportes Iquique, es uno de los pocos directivos que no está pidiendo la salida del actual presidente del fútbol chileno. “Creo que uno puede estar de acuerdo o no con la persona que está dirigiendo el fútbol, pero en estos momentos más que tratar de poner piedras en el camino lo que debemos hacer nosotros es apoyar, tratar de salir adelante. Porque al final esto es a beneficio de todos”, aseveró a EL DÍNAMO.
El rearme de los opositores estaría tan definido que ya tendrían a un candidato para liderar al fútbol de forma interina. El postulante de los clubes sería el directivo de Palestino, Jorge Uauy, quien justamente fue derrotado por Moreno en la estrecha elección que se realizó a inicios del año pasado.