“No bajen los brazos”: triste relato de joven titulada de la U. del Mar a estudiantes de la Arcis
La profesional de ese plantel contó su experiencia al haber egresado de una universidad cuestionada, en una situación similar a la que vive la Arcis hoy. Acusa abandono del Estado y falta de oportunidades por una mala gestión de parte de las autoridades.
Nicole Chiessa es periodista de la Universidad del Mar y a través de su cuenta en Twitter (@NicoChiessa) decidió contar su experiencia con la educación en ese plantel, lo que vivió, las trabas que tiene hoy y, sobre todo, para que se eviten situaciones de este tipo en el futuro, como lo que podría pasar a los estudiantes de la Universidad Arcis, si ésta es cerrada.
Chiessa comienza relatando que su carrera fue auditada cuando estalló la polémica con esa casa de estudios y “no encontraron irregularidades”. “A la hora ‘de’ nadie tomó en cuenta que cada sede a lo largo de Chile era autónoma, ni que habían carreras destacables (Periodismo, derecho, algunas ingenierías”, dice la profesional.
Éste es su relato:
“No en todas las sedes había problemas. Mis profesores, la mayoría hacía clases en Ues. privadas y tradicionales. Maravillosos profes. Nada de eso importó en el momento en que el Estado decide cerrar la U. del Mar, reconocida por el Estado, y acreditada.
En ese momento yo era presidenta del Centro de Alumnos de la Escuela de Comunicaciones (7 carreras) de la Casa Central. A diario iban a vernos compas, llorando, sin saber qué hacer, sin saber a dónde ir. Nuestros profes, y en especial mi jefa de carrera, fue muy transparente con toda la info. Los partidos se metieron en el movimiento estudiantil. Lo destrozaron.
Cuando el ex rector Urrutia habló, los presidentes de todas las federaciones y de los consejos de presidentes de cada sede, estábamos en Punta Arenas, en un congreso de la Confederación de todas las Federaciones de la U a nivel nacional. Esto era así porque, como dije, cada sede era autónoma, sus gobiernos también. Amarrados en Punta Arenas, nos enteramos del cagazo. Ninguno tenía cómo volver a su región. Las federaciones en cada sede estaban sin cabecillas y así quedó la cagá.
Fue intencional que estuviésemos en Punta Arenas para esa fecha. Fue planificado tener a las sedes disociadas, sin cabecillas, sin poder volver. Decidimos tomarnos la sede PUQ y emitir un comunicado nacional, en un punto de prensa. Dimos la “orden” a cada sede de que fuese tomada, y así fue. TODAS las sedes en Chile se tomaron.
Para cuando yo llegué a Viña estaba la cagá, en la casa central estábamos sin Federación de Estudiantes de la Universidad del Mar, teníamos consejo de Presidentes, también manipulado. De todo esto que fue provocado, estar sin FEUDEM en la casa central, el viaje a PUQ para tenernos aislados. Yo me enteré tarde. No pude hacer absolutamente nada por mis compañeros, ni por mí. Y eso como centro de alumnos nos dolía. Ahí todo se vino abajo. Sólo había que esperar una decisión.
Esperábamos con todas nuestras fuerzas que el Estado interviniera, pero decretaron el cierre. Y nadie hizo nada por 18 mil familias, estudiantes, trabajadores, profesores. Nadie hizo nada. Y como si fuese poco, en medio de todo este dolor, leíamos en redes sociales a “compas”, que luchaban por el movimiento estudiantil, mientras nos denostaban por haber entrado a la Universidad del Mar, que como ya dije, estaba reconocida por el Estado y por la Comisión Nacional de Acreditación, aunque fueron mojados.
Nadie hizo nada, y se decretó el cierre para el 2016. Nos resistimos todos. Sabíamos que habían carreras que debían ser cerradas, educación, salud en general, pero no en todas las sedes. Porque eran autónomas. Todos los que estaban en tercero o menos, se fueron. Y quedamos los que alcanzábamos a terminar. En lo personal, lo conversé con mi familia. Yo acababa de pasar a cuarto y tenía mi tesis estructurada. Mi vieja fue a hablar con mi jefa de carrera, y ella fue súper honesta con nosotras.
Mis opciones eran partir de cero, convalidar en otras privadas, pasando de cuarto a primero o segundo año. Cosa que para mí era una mierda porque mi carrera no tenía irregularidades. Nos quedamos como 5, y se fueron yendo de a poco, al titularse. Yo sabía que sería difícil encontrar pega. No es fácil ser periodista, en la V región, de la Universidad del Mar y sin cuerpo de modelo. Así nomás es la cosa. Pero mi familia me apoyó y me quedé.
Era doloroso ser la única en clases, la raja en términos académicos, era full personalizado, pero en lo emocional era una depresión que nos mataba a todos. El eslogan de la U era “calidad humana”, los dueños de la U. no la tenían, pero mis profesores sí, y mucha. Estuvieron algunos sin sueldo haciéndonos clases. SIN SUELDO, porque el interventor de la U no soltaba las platas, porque el Estado no soltaba platas del CAE, etcétera. Y mis profesores ahí, diciéndonos y recordándonos TODOS LOS DÍAS, que NUNCA nos dejarían solos. Y así fue, jamás nos dejaron solos.
Cuando sabes que tus profes te están haciendo clases por puro compromiso, vocación, amor, sin sueldo por algo que no fue su culpa, ni nuestra, las cosas te las tomas de distinta forma. Tu carga académica no importa, tu cansancio, depre, rabia… NADA de eso importa. Qué sueño, qué enfermedad, nada. Vas a clases, porque los profes estaban ahí, poniendo el pecho a las balas por ti. Cosa que jamás olvidaré de esos profesores, cosa que les agradezco con toda mi alma y me emociona. No puedo evitar llorar al escribir todo esto… Me frustra.
Llegó un punto en el que yo tenía mi tesis a la mitad, ya estaba egresada. Mientras tenía compañeros que estaban en 1º o 2º DE NUEVO, y sabiendo MÁS y con MEJORES NOTAS que sus nuevos compañeros, porque mi carrera, mis profesores, no tenían irregularidades, pero nos metieron al mismo saco. EL ESTADO DE CHILE NOS DEJÓ SOLOS. El MINEDUC hizo un convenio con la Universidad de Playa Ancha y le pasó MUCHA plata para recibirnos. Yo podía cambiarme, y estudiar gratis, retrocedía dos años.
Quedábamos dos en la carrera. Ambos decidimos ir a la sede que implemento a la UPLA para recibir dudas de nosotros, “los de la U. Del mar”. Fuimos HUMILLADOS de forma brutal por personal académico de la Universidad de Playa Ancha, la UPLA. Las condiciones eran ser estudiantes de segunda categoría. Estaríamos en una sede sólo para los de la U. Del Mar. Sólo teníamos derecho al pase escolar, obvio, y la biblioteca. Pero no debíamos sentirnos parte de la UPLA.
Preguntamos por el staff de profesores, y nos dijeron: “¿Cómo se atreven a cuestionar la calidad del profesorado de nuestra universidad? Ustedes, que no les dio el puntaje para más”. A lo que respondimos: “Es normal que preguntemos, nos cerraron una U. Acreditada, reconocida por el Estado, ahora nada nos consta”. Esto sólo por querer saber quiénes serían nuestros profesores.
Preguntamos más cosas, nos seguían basureando. Fue una pelea larga, llorando le dije a una de esas mujeres que un académico de la U. Del Mar tendría más educación que ella, y que a su súper UPLA no me iba ni cagando. La tipa me tomó de los hombros, me empujó contra la puerta. El Seba, mi compañero se metió a defenderme. Y salimos de ahí corriendo, lejos, lo más lejos que podíamos. Llorando. Ese día hicimos un pacto, terminaríamos nuestra carrera, juntos. No nos dejaríamos solos. Y seguimos.
Terminamos nuestras carreras, defendimos nuestra tesis, nos titulamos. Perdimos contacto. Nos titulamos en mayo del 2015. Me han rechazado de varios trabajos por ser de la U. Del Mar, y me lo han dicho así en entrevistas y mails. Y a casi 2 años de titulada no puedo quejarme tanto. He tenido bastante pega freelance en estos dos años. Y he trabajado en lo mío, cosa que no muchos pueden decir.
Además, he sido garzona, niñera, conserje, vendido cupcakes, etc. Porque a la pega jamás le he hecho asco. También he hecho aseo en otras casas, y cuidado ancianos. Así se me enseñó en mi casa, y yo no me iba a rendir. Pero el año pasado colapsé, y sí me rendí. Caí en una depre laboral por estar cesante, que me tuvo encerrada en mi pieza y en mí misma. En mi casa me decían ‘pero busca pega’, sin preguntar algo antes, ni siquiera me preguntaban cuántos CV, entrevistas o presupuestos había tenido o enviado ese día, o semana. Sólo estaba la crítica, y de mala forma.
Todos los días terminaba en peleas, y decidí rendirme. Cuando me rendí, tiré CVs para hacer aseo, garzonear, etcétera. Y ya rendida, mal, hecha mierda, literalmente con más sueño que ganas de vivir. Ahí se dieron cuenta en mi casa de que me habían dejado sola, como nos dejó el Estado. Como nos dejaron todos. Porque hasta los ‘compas’ de otras Ues, en especial las del CRUCh, no hacían más que ofendernos porque “el puntaje no nos dio”, mientras estábamos muriendo de a poco”.
Sorry si me voy a la chucha, pero ¿Cómo no llorar y tener rabia y querer escupirle a todos en la cara después (de) esto? De cuea alguno de los 18 mil estudiantes no se suicidó, y no exagero. No tuve ganas en mi caso, pero creo que me faltó poco.
Retomo. En mi casa se dieron cuenta de que la cagaron y que me dejaron sola cuando exploté, cuando le grité a mi vieja con rabia, llorando, gritándole que también era su culpa, que ella me apoyó para que me quedara. Toda mi familia me apoyó, no tomé esa decisión sola. Pero así me sentí todo el año pasado, sola, en mi casa, en mi familia. Por tener 28 años y estar sin pega estable, porque freelance tenía.
Ese día me propusieron volver a empezar. Dijeron que me apoyarían, me preguntaron si quería volver a estudiar. Y ahí lloré, porque era la única buena (cosa) que me habían dicho, el único apoyo real que sentí en mi casa. Pero de pesá le dije a mi vieja “¿pa’ que me saquí en cara eso?”, ahí a mi vieja le dio pena, porque asumía que la había cagado. Y me dijo que jamás me sacaría en cara ayudarme para estudiar. No lo pensé dos veces, y le dije que sí.
Mi ánimo al otro día mejoró increíblemente. Sonreía de nuevo. Y decidí estudiar Trabajo Social. Porque, me crean o no, no entiendo la vida, no tiene sentido la vida, para mí, si no es sirviendo a los demás. Si no es dejando este mundo mejor de lo que lo encontré, como dijo Baden Powell, fundador del Movimiento Scout, que debíamos hacer en nuestra vía. Claramente nací para estudiar carreras que me darán un sueldo como el pico, pero yo seré de todos modos más feliz que siendo cajera de banco. Ganaré menos plata, pero le seré más útil a este país culia’o enfermo. Nací pa’ servir a los demás, y quienes me conocen, lo saben.
Me matriculé en AIEP en el Técnico en Trabajo social, porque pueden darme una beca para tomar la Licenciatura en la UNAB a precio del técnico. Esa es la movida. Por eso el técnico en el AIEP y no la licenciatura altiro en otro lado. Me saldrá la mitad. Y postulé a todas las becas. Mi vieja me dijo que con esfuerzo, yo trabajando de empaque o seguir de periodista freelance, podíamos pagar la carrera, pero igual fui y llené la ficha FUAS para becas y créditos. Y hace unos días, quedé preseleccionada por nivel socioeconómico.
Bacán, dije yo. Todo sirve. Tampoco fue fácil tomar la decisión de estudiar. Lo hablé con mi compañero de vida, obvio, porque esto retrasaría nuestros planes 2 o 3 años. Pero me apoyó. Él y una amiga. Jamás sentí abandono. Jamás sentí humillación, sólo amor, cariño, ternura, respeto y comprensión. Ellos dos, la Karito (Abogada de la U. Del mar también), mi mejor amiga, y Jo, mi pololo, fueron los que hicieron lo que el Estado no hizo. Lo que la política no hizo, lo que algunos estudiantes que abogan por la educación no hicieron. Apoyarnos.
Me matriculé, como les contaba, en Técnico en Trabajo Social, y luego pasarme a licenciatura. Para ser honesta con ustedes, si yo supiera hacer alguna operación matemática (¿) si tuviera cabeza necesaria para la ciencia, hubiese elegido geología, oceanografía, biología marina. Y ganaría harto más en un futuro, pero no, porque la huevona con cuea te suma y te resta y es traumá. Hoy con mucha pena, debo decir que lo que me motivó a escribir toda esta basura, fue saber que no me darán ninguna beca. ¿Y saben por qué no me darán ningún beneficio para estudiar?
Yo me conformaba con la Nuevo Milenio, sólo eso necesitaba. No me darán ninguna beca por esto: Exacto, porque tengo un título universitario, que si bien está reconocido por el estado, hoy me juega en contra. Y me juega en contra porque con mi título no puedo postular a ninguna beca de postgrado, por ejemplo, y me cuesta encontrar pega, más que a otros periodistas de otras Ues. que, reconozcámoslo, están también hasta el pico, pero ese es otro tema.
Pero que no se mal entienda, yo tengo compañeros que salieron antes, uno, dos, tres y más años antes, y están trabajando piola. Yo creo que también influye que no hablo inglés, y que mi apariencia física no me acompaña. Por eso de hecho me teñí el pelo azul, quería ser capaz de encontrar pega sin que me discriminaran por tener tatuajes, por ser gorda, por tener el pelo azul, y lo hice, pero freelance. No es justo, cabros.
No es justo que un título de una U. que NO APARECE ni en el listado desplegable de Ues en cualquier sitio web, me impida hoy tener una beca por parte del Estado, siendo que son DIRECTAMENTE RESPONSABLES DE TODO LO QUE PASÓ CON LA U. DEL MAR.
Por eso mi consejo para los de la Arcis es: LUCHEN, HAGAN MIERDA A TODOS, PERO NO BAJEN LOS BRAZOS, PORQUE LOS DEJARÁN SOLOS. Fue precedente. También para ser honesta, debo decir que hay miles de personas que necesitan una beca más que yo, pero me sigue pareciendo injusto. Así que voy a apelar. Sea como sea, ya me matriculé, y como mencioné antes, a la pega no le hago asco, así que la carrera se pagará igual.
Pero esta es una denuncia, una denuncia con un dolor profundo que mi corazón no sanará nunca. El Estado de Chile nos abandonó. Y nos sigue abandonando hoy. Hay cientos de estudiantes con mora por deudas, cientos con depresión, con crisis emocionales, y nadie jamás se hará cargo de lo que nos pasó. Y de lo que aún nos pasa. Me titulé hace dos años, casi, y tengo compañeros que están en 3º. Y otros que ya salieron, o decidieron estudiar otra cosa, pero todos deprimidos, y todos concuerdan: Tienen igual o mejor nivel que en sus nuevas Ues. Porque mi carrera no era mala. Mi carrera debió ser intervenida, no cerrada. Igual que otras.
¿Y saben por qué sucedió todo esto?
– Estado no garantiza
– Educación es negocio
– Impunidad de responsables
– Movidas políticas
Eso sin mencionar que antes del cierre de la U. Del Mar, la UDM era la Universidad más grande de Chile, en cantidad de alumnos y extensión. Extensión territorial, casi todo Chile. ¿Cuánto pagaron por dejarnos morir así?
Ustedes no tienen idea de lo que siento. De lo que se siente ese nivel de abandono. Espero que aquí en este tuit no aparezca algún saco de huea y la CTM a decir que los niños del SENAME sufren más abandono, no sea ahueonado. Sufrí. Y hoy sufrí de nuevo al enterarme que no recibiría beca. Pero ya me rendí una vez, y no lo haré de nuevo, así que voy a apelar.
Probablemente no funcione, porque efectivamente mi título es completamente válido ante el MINEDUC, está validado por ellos. Pero quería compartir un ápice de este dolor profundo y destrozón que nos hizo mierda. No a mí, a MILES de familias. No podemos permitir que la educación sea un negocio en Chile. Por esos 18 mil de la U. Del Mar, por la ARCIS, y por los miles de Chile.
Porque permitirlo es asqueroso, porque no luchar contra ello es el peor error que vamos a cometer en nuestras vidas. Porque no debe volver a haber una Nicole Chiessa con un dolor como este en este país. NUNCA MÁS. Nunca más, cabros”.