Crudo relato para reflexionar sobre la homofobia en la sala de clases
La historia compartida en Facebook cuenta el bullying que sufre la comunidad LGTB.
Una cruda historia sobre homofobia y arrepentimiento se ha viralizado en las últimas horas a través de Facebook, historia que muestra los efectos del bullying a personas LGTB.
“Soy profesora, 29 años, un hijo de 5 que lo amo de aquí hasta el infinito”, comienza el relato que se compartió en la página Confesiones UCé, pero previamente ya había rondado por la red social.
“De grande me abrí a la comunidad LGBT, antes era homofóbica. En mis tiempos de escolar tenía un compañero que todos molestábamos por “gay”. Le hacíamos la vida imposible (…) Más de una vez le rayé “Maricón culiao, andate del colegio” o “te vamos a matar” en los cuadernos. Y claro, los hombres lo molestaban aún más. Le sacan la mierda a veces, y nosotros no decíamos nada, total era el Nico, material de webeo no más”, señala la confesión anónima.
La mujer agrega que Nico tenía las mejores notas, era educado y, “aunque suene cliché, siento que todos en algún momento le tuvimos envidia”.
“Nico seguía recibiendo humillaciones y bullying, yo ayudaba a eso. Todos en realidad. No tenía amigos, no se juntaba con nadie. Lo webeabamos por ‘maraco’ un niño de 15 años, sin definirse, sin experiencia, sin nada“, sigue el texto que ha generado cientos de comentarios.
El quiebre llega cuando el grupo cursaba tercero medio: “Nico se había colgado de una viga, su mamá (mamá soltera, sin más hijos) lo encontró”, cuenta.
Según la profesora, “hasta el día de hoy tengo pesadillas. Veo a Nico, veo a su mamá y me veo a mi, torturándolo“.
Pero la historia no termina ahí. “Aunque no se me olvidaba, a veces pasaban días sin acordarme de Nico. Hasta que tuve un hijo. Mi bebé, tan pequeño. Tan frágil. Tan expuesto a imbéciles como yo. Le puse Nicolás, es la luz de mi vida”, continúa el relato.
“Mi bebé entró a pre kinder este año, y muy ilusa le pregunté si le gustaba alguna niña. “No mami, me gusta el Pablo, va en el kinder B“. Te juro que se me cayó el mundo. Se me cayó la cara. Me quería morir. No malentiendan, amo a mi niño y si es gay no va a cambiar nada. Pero cómo chucha le explico que fui una mierda, que su mamá tiene las manos manchadas de sangre, que su mamá contribuyó a la sociedad de mierda que probablemente lo va a humillar”, se confiesa la mujer, cuestionando cómo va a proteger a su hijo de la sociedad.
Agregó que “las pesadillas volvieron. Y esta vez eran peores, Nico tenía a mi Nicolás en brazos, y yo les lloraba. Tengo miedo, tengo pena. Necesito hablar con la mamá de Nico, pero no tengo cara”.
“Chicos, si cuento esto es porque me siento tan culpable, y quiero pedirles perdón a todos ustedes por contribuir a la homofobia en el país”, concluye la confesión.
Si bien la veracidad del relato no ha sido comprobada, la historia cuenta con miles de compartidos.