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10 de Enero de 2018

Desigual, segregadora y con poca calidad: Académico de Harvard hace lapidario análisis de la educación chilena

"No hay sistema en el mundo que haya mejorado con las políticas educativas que hoy tiene Chile”, afirmó el investigador.

Por Redacción EL DÍNAMO
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Pasi Sahlberg es un educador finlandés académico de Harvard, experto en la reforma educacional de su país, quien participará hoy en el VI Encuentro Anual de la Sociedad Chilena de Políticas Públicas, en la U. del Desarrollo. En Chile, el docente se reunió con senadores y diputados oficialistas, para discutir los alcances del proyecto que impulsa La Moneda respecto a Educación, con una lapidaria conclusión: “no hay sistema en el mundo que haya mejorado con las políticas educativas que hoy tiene Chile”.

En entrevista con La Tercera, Sahlberg indicó que le “impacta” la “inequidad casi extrema” que tiene el sistema educacional chileno. “Refleja una profunda desigualdad de ingresos en la sociedad y crea uno de los mayores desafíos para la reforma”, indicó, asegurando que los fondos estatales deben gastarse en la educación de los niños.

“Chile no lo está haciendo bien en comparaciones internacionales, si miramos qué tan equitativa es la distribución de recursos públicos en el sistema educacional. La evidencia internacional sugiere una fuerte correlación entre cómo los países gastan su presupuesto de educación y la equidad en esos sistemas educacionales. Así, se hace difícil entender cómo el lucro privado que se obtiene del presupuesto estatal puede mejorar la calidad y la equidad en la educación. Unas de las conclusiones de investigadores y de la prueba Pisa de la Ocde es que casi todos los países con sistemas exitosos, como Canadá, Corea y Finlandia, tienen sistemas de educación públicos fuertes, donde el dinero estatal se gasta donde más se necesita”, explicó.

Según el académico, Chile es un ejemplo internacional de un sistema ampliamente privatizado y que opera según principios del libre mercado, el que trae consigo una equidad decreciente en los resultados del aprendizaje, una calidad de la educación general menor que la esperada y una creciente insatisfacción de los padres hacia el sistema educacional. “Lo que Chile debe considerar es que no hay en el mundo un sistema educacional que haya sido capaz de mejorar su desempeño con el tipo de políticas que se emplean hoy en Chile”, expresó.

Para Sahlberg, el sistema finlandés es casi el opuesto: “mientras en Chile las políticas educacionales basadas en el mercado ven la competencia entre escuelas para matricular alumnos como el mecanismo clave, en Finlandia se alienta la cooperación, la red de contactos y la ayuda como los vehículos principales de la práctica educacional y su mejora”.

“En Chile el sistema basa su rendición de cuentas en pruebas y en Finlandia las reformas se han enfocado en aumentar la confianza en los profesores y compartir la responsabilidad al interior de las escuelas sobre proveer una gran educación a todos”, expresó. En esa línea, aseguró que “Chile ha ido por años cuesta abajo en mantener la profesión de los docentes valorada por la sociedad y deseada por los jóvenes y Finlandia ha invertido sistemáticamente en convertir la enseñanza en una profesión similar a la medicina, la arquitectura y las leyes“.

De acuerdo al docente, en Finlandia la educación es vista como un derecho humano básico, protegido por la constitución. Toda la educación formal -incluyendo la superior- es financiada de forma pública y, por lo tanto, gratis. “No hay escuelas o universidades privadas y está prohibido que escuelas o universidades recauden aranceles con cargo a fondos del gobierno”, expresó.

“La educación obligatoria en Finlandia dura 10 años, desde los seis años, y no existe la selección ni el seguimiento de niños antes de que asistan a la educación secundaria superior. Chile ha elegido el camino de la elección de los padres y la selección temprana. Finlandia cree en un sistema integrador, donde todos los niños vayan al mismo tipo de colegios, sin importar sus antecedentes familiares o sus características personales”, explicó.

“La evidencia internacional sugiere que la selección temprana de estudiantes trae casi siempre consecuencias negativas para la equidad y la calidad de los sistemas educacionales. Sería muy importante que la sociedad civil y los políticos en Chile entendieran que lo que es bueno para algunos individuos -estudiantes o sus padres- no es necesariamente bueno para la nación. Ninguno de los sistemas educacionales más exitosos en la actualidad selecciona a niños en edades tempranas por sus habilidades académicas”, agregó.

Para el investigador, la mejor manera para que Chile avance es mejorar sistemática y sostenidamente la equidad del sistema con una nueva forma de distribuir los fondos para educación para que ayuden primero a las escuelas más desfavorecidas. Agregó que deben haber cambios respecto a la elección de escuelas, para que una competencia dañina entre colegios no derive en mayor segregación. “Finalmente, Chile debe, de forma urgente, hallar la forma de frenar la desprofesionalización de los profesores y rediseñar la educación inicial de los docentes, para hacerla más atractiva”, concluyó.

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