Regreso a clases: cómo elegir y usar una mochila para evitar lesiones
Los apoderados deben considerar varios aspectos a la hora de elegir la mochila correcta para los estudiantes, tomando en cuenta que el peso excesivo o bien un producto de mala calidad podrían dañar la espalda del menor.
Se acerca marzo y se acaban las vacaciones para la gran mayoría de los escolares. Los niños de todo el país vuelven a clases y parte de este proceso se traduce en la compra de los útiles escolares. En este contexto, los apoderados deben poner especial atención a la gran cantidad de peso que los niños llevan diariamente, escogiendo para ello una mochila adecuada y procurando su correcto uso, con el fin de evitar molestias y lesiones.
Es importante tener en cuenta que la espalda es una zona en desarrollo, y por lo tanto, una de las más sensibles a cambios del cuerpo de los niños. Los problemas que se pueden producir debido a las cargas excesivas de peso de las mochilas a nivel de columna pueden generar alteraciones o desviaciones a nivel de hombros, columna y caderas. Por esto es importante definir bien qué mochila vamos a utilizar dependiendo de la carga que el niño va a transportar.
Christian Correa, kinesiólogo del Hospital del Trabajador ACHS, afirma que un niño no debería llevar una carga que exceda el 10% o 15% de su peso. Por ejemplo, si el niño pesa 30 kilos, la mochila debería pesar de 3 a 4 kilos y medio como máximo.
Cómo llevar la mochila
En el mercado hay muchos tipos de mochila, con variados diseños y funciones particulares. Dentro de éstas, el experto afirma que la mochila con carro ayuda desde el punto de vista mecánico al transporte de la carga, ya que las ruedas disminuyen el peso que los niños van a transportar, pero a veces estas mochilas no se llevan de manera adecuada, porque los niños las arrastran y se pueden producir deformaciones o alteraciones en el hombro y el codo. “El niño debe empujar la mochila, llevarla por delante y no arrastrarla. La posición al transportarla debe ser siempre erguida, con la espalda recta, el abdomen plano, los hombros alineados y la vista al frente”, dice Correa.
En el caso de las mochilas tradicionales, el kinesiólogo del Hospital del Trabajador comenta que lo ideal es que tengan dos tirantes gruesos y acolchados, además de otro sector acolchado en la zona de la espalda y de preferencia que posean un cinturón o una tercera correa que se abroche en la cintura, para así distribuir de mejor manera la carga. Ambas correas deben estar firmemente ajustadas, procurando mantener la mochila a unos cinco centímetros por sobre la cintura. “Al utilizar estas mochilas se debe evitar su uso en un solo hombro, porque puede generar desviaciones irreparables para la columna del niño en un futuro”, afirma Correa.
Por esta razón, el uso de bolsos con un tirante no es recomendable, porque generan peso en un solo lado del cuerpo, lo cual puede provocar hipertrofias musculares, desarrollando solo un sector y provocando un desbalance. Además, la columna puede sufrir una desviación lateral, provocando una escoliosis.
El profesional también recomienda que, al ordenar la mochila, se deben instalar los elementos más pesados cerca de la espalda y los livianos hacia la parte exterior, colocando -por ejemplo- primero los libros, luego los cuadernos y finalmente las libretas. “Es aconsejable buscar la forma de no llevar todos los días la misma cantidad de libros y útiles, para así evitar llevar un peso excesivo diariamente, tarea en la que deben participar activamente los colegios”, recomienda el experto.
Finalmente, Correa hace un llamado a los padres a estimular la vida sana de los niños para que mantengan una buena condición física, “es importante fomentar el deporte y mantener el peso de los niños, lo que junto a las recomendaciones anteriores puede prevenir futuras lesiones a la columna y a otras extremidades”.