Estudio pone en duda la metodología de evaluación de los colegios chilenos
El estudio análisis reveló que los reglamentos de evaluación regulan principalmente aspectos procedimentales, sin considerar aspectos relacionados al uso de la evaluación como medio para mejorar el aprendizaje de los estudiantes.
El Centro UC de Estudios de Políticas y Practicas en Educación (CEPPE) analizó cómo evalúan los aprendizajes los colegios chilenos, revisando los reglamentos de evaluación, manuales de convivencia escolar y proyectos educativos institucionales (PEI) de 70 establecimientos educacionales (regiones II, RM y IX), además de entrevistas a jefes de UTP y equipos directivos de 8 establecimientos, para conocer los criterios de toma de decisiones.
El estudio liderado por Carla Förster y Claudio Núñez reveló que los reglamentos de evaluación regulan principalmente aspectos procedimentales, sin considerar aspectos relacionados al uso de la evaluación como medio para mejorar el aprendizaje de los estudiantes.
Asimismo, aunque existe un discurso sobre la necesidad de diversificar la evaluación, no se dan orientaciones para ello: el gran número de evaluaciones sumativas exigidas y la preferencia de los establecimientos por el formato prueba dificultan la innovación de los profesores en este ámbito.
“La retroalimentación es una acción que está mayoritariamente ausente en los reglamentos y en las prácticas evaluativas de los establecimientos analizados. Cuando se mencionan en las entrevistas, suele asociarse a instancias de revisión posteriores a las evaluaciones sumativas, perdiendo el potencial que tiene para orientar el aprendizaje del estudiante de manera efectiva“, expresa el estudio.
En esa línea, se explica que “la diversidad en el aula se aborda de forma tangencial en los reglamentos, y la evaluación diferenciada tiene un marcado carácter asistencialista, que reduce los contenidos y/o la exigencia de logro en lugar de dar cabida a otro tipo de evaluaciones”.
Para los investigadores, esto tiene como implicancias la necesidad de ampliar el enfoque evaluativo de los establecimientos educacionales, hacia uno que integre las evaluaciones formativas y sumativas, y considere el proceso de retroalimentación en la planificación pedagógica; contar con orientaciones prácticas para que los equipos directivos y docentes dominen distintos instrumentos de evaluación (ej. proyectos, portafolios), incorporando mayor flexibilidad según las limitaciones y potencialidades de cada formato.
Además, implica la evaluación para estudiantes con rezago pedagógico o con necesidades educativas especiales debe ser considerada un recurso pedagógico para dar oportunidades a todos los estudiantes de demostrar lo aprendido, apostando por la diversificación evaluativa en lugar de la diferenciación; y ampliar las formas de evaluar en cuanto a formatos e instrumentos con apoyo de TIC si es pertinente, más que reducir el número de ítems, habilidades cognitivas o bajar el porcentaje de exigencia.